Asocian el exceso de calorías en el embarazo con sobrepeso en el hijo

Ingerir demasiadas calorías durante el embarazo y la lactancia altera el cerebro en desarrollo y hace a los hijos más propensos a desear comer alimentos poco saludables en la edad adulta y tener más riesgo de obesidad.
Mujer embarazada con un plato de bollos industriales

21/03/2023

Las causas de la obesidad se podrían remontar a la etapa prenatal o a los primeros meses de vida del bebé, ya que un grupo de científicos ha descubierto que la sobrealimentación de la madre durante el embarazo y la lactancia –una ingesta excesiva de calorías– tiene un efecto en el cerebro en desarrollo de sus descendientes y hace que aumente su deseo hacia alimentos poco saludables cuando llegan a la edad adulta, lo que contribuye a que sufran sobrepeso y obesidad.

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Investigadores de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, han examinado este vínculo entre madre e hijo en un experimento con ratones. Al principio dejaron que algunas hembras se volvieran obesas proporcionándoles una cantidad ilimitada de alimentos ricos en grasas durante la gestación y la lactancia, mientras que otras se mantenían delgadas porque también les ofrecieron una cantidad ilimitada de alimentos, pero, en este caso, eran saludables.

Descubrieron así que los ratones que nacieron de madres obesas se mantenían delgados al llegar a adultos, aunque comieran tantos alimentos saludables como desearan, pero que cuando tenían acceso a una cantidad ilimitada de alimentos poco saludables abusaban de este tipo de alimentos y los comían en exceso, en comparación con los ratones nacidos de madres delgadas.

“La sobre nutrición durante el embarazo y la lactancia parece reconfigurar los cerebros de los niños en desarrollo y, posiblemente, de las generaciones futuras”

Los resultados del estudio se han publicado en Molecular Metabolism y sugieren que, aunque a las personas cuyas madres tenían sobrepeso durante el embarazo y la lactancia les puede resultar más difícil limitar la ingesta de golosinas, sí pueden consumir sin problemas alimentos saludables hasta saciarse. Los hallazgos también podrían ayudar a encontrar medicamentos que influyan en el cerebro para reducir los antojos de alimentos poco saludables.

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“Las personas nacidas de madres obesas o con sobrepeso tienden a tener más peso en la edad adulta que las personas nacidas de madres más delgadas, y experimentos como este sugieren que la explicación va más allá de los factores ambientales, como aprender hábitos alimenticios poco saludables en la infancia”, ha señalado Mark Rossi, profesor de psiquiatría de la Escuela de Medicina Rutgers Robert Wood Johnson y autor principal del estudio. “La sobre nutrición durante el embarazo y la lactancia parece reconfigurar los cerebros de los niños en desarrollo y, posiblemente, de las generaciones futuras”.

Efectos de la dieta materna en el cerebro de sus descendientes

En el experimento, los investigadores suministraron comida rica en grasas a tres ratonas hermanas y la comida sana a otras tres de sus hermanas. Tras finalizar la lactancia, analizaron a los casi 50 cachorros que, tal como esperaban, comenzaron con mayor o menor peso en función de la dieta de su madre, y que se equipararon en niveles saludables después de que a todas las crías se les ofreciera comida saludable ilimitada durante varias semanas.

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Sin embargo, cuando tuvieron acceso ilimitado a una dieta alta en grasas su peso volvió a diferenciarse, ya que, aunque todos los animales comieron demasiado, los que habían nacido de madres con sobrepeso comieron significativamente más que los otros. Posteriormente los investigadores observaron que los diferentes comportamientos probablemente derivaron de las diferentes conexiones entre dos áreas del cerebro, el hipotálamo y la amígdala, que surgieron a causa del tipo de dieta materna durante la gestación y la lactancia.

Este estudio presenta variadas implicaciones para aquellas personas cuyas madres tienen sobrepeso y que también tienen problemas para controlar su propio peso. Por una parte, sugiere que se pueden mantener delgadas mientras coman alimentos saludables hasta que queden saciadas, pero evitando por completo la comida basura. Por otro lado, sugiere que, aunque se esfuercen por moderar la ingesta de golosinas poco saludables, este tipo de productos pueden incitarlas a un consumo excesivo y contribuir a que desarrollen obesidad.

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“Todavía hay más trabajo por hacer porque aún no comprendemos completamente cómo están ocurriendo estos cambios, incluso en ratones”, ha afirmado Rossi, que añade: “Pero cada experimento nos dice un poco más, y cada poco que aprendemos sobre los procesos que impulsan a comer en exceso puede descubrir una estrategia para posibles terapias”.

Actualizado: 5 de mayo de 2023

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