Asocian el maltrato infantil con cambios en el cerebro

Un nuevo estudio realizado en Reino Unido ha descubierto que en las personas que han sido maltratadas durante su infancia se aprecia un volumen de materia gris significativamente menor en diversas zonas del cerebro.
Niño triste con la cabeza apoyada en una pared
Sufrir maltrato en la niñez afecta negativamente al cerebro

Un nuevo estudio realizado en Reino Unido por investigadores del King’s College de Londres, ha descubierto un déficit en diversas zonas del cerebro en personas que habían sido sometidas a algún tipo de maltrato durante su infancia.

Los científicos emplearon técnicas de neuroimagen tridimensional denominadas signed differential mapping (SDM), mediante las que analizaron la materia gris del cerebro de 331 personas (275 adultos y 56 niños o adolescentes) que tenían antecedentes de maltrato infantil, y de 362 individuos que no habían sido maltratados.

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De esta forma comprobaron que en las personas maltratadas se observaba un volumen significativamente menor de sustancia gris en diversas regiones cerebrales, y que estas deficiencias no estaban relacionadas con ninguna medicación que tomaran los afectados, porque también se detectaron en los participantes que no estaban siguiendo ningún tratamiento médico.

El maltrato infantil provoca una serie de cambios fisiológicos  y neurobiológicos que pueden producir alteraciones permanentes en la estructura del cerebro

Las alteraciones más apreciables se localizaron en las zonas prefrontal ventrolateral y límbica-temporal del cerebro, que tienen un desarrollo posterior al maltrato, y cuya disfunción podría explicar el déficit afectivo y cognitivo que pueden presentar los individuos que han sido expuestos a maltrato en su niñez.

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Joaquim Radua, uno de los autores del estudio, que ha sido publicado en American Journal of Psychiatry, ha explicado que el maltrato infantil provoca una serie de cambios fisiológicos  y neurobiológicos que pueden producir alteraciones permanentes en la estructura del cerebro, y espera que los resultados de la investigación contribuyan a reducir el impacto de los factores de riesgo ambiental durante la infancia y a estimular el desarrollo de tratamientos que ayuden a normalizar estas alteraciones.

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Actualizado: 25 de abril de 2017

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