La contaminación en China afecta a la agricultura

La contaminación atmosférica en China alcanza niveles ‘muy graves’, y además de dañar la salud de la población dificulta la llegada de luz a las plantas, por lo que no se desarrollan correctamente.
Personas usando mascarilla en Pekín
Personas usando mascarilla en Pekín

Los altos niveles de contaminación en diversas regiones del centro y norte de China, y especialmente en Pekín, ciudad que se ha visto envuelta en un manto tóxico durante la última semana, no solo tienen graves consecuencias sobre la salud, provocando el fallecimiento prematuro de miles de personas al año, y aumentando el número de pacientes con cáncer de pulmón, sino que también afecta a la agricultura al dificultar la fotosíntesis, un proceso por el que las plantas sintetizan sustancias orgánicas utilizando la luz, y que es necesario para su desarrollo.

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Así, se ha comprobado que las semillas de pimientos y tomate que cuando se cultivan en laboratorio con luz artificial suelen tardar 20 días en convertirse en plantas, necesitaron más de dos meses para alcanzar este estado en una granja invernadero situada a las afueras de Pekín.

En Pekín se ha superado más de 22 veces el límite máximo de concentración de PM2,5 recomendado por la OMS, alcanzándose los 557 microgramos por metro cúbico

La mayoría de las plantas que se desarrollaron en esta granja, además, estaban débiles y enfermas. Según los expertos esto es porque las partículas contaminantes se adhieren a la superficie de los invernaderos disminuyendo significativamente la cantidad de luz que llega a las plantas, y advierten que si este nivel de polución se prolonga, este año la producción agrícola en el país asiático se reducirá, lo que puede ocasionar una catástrofe alimentaria.

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En Pekín la semana pasada se ha llegado a superar más de 22 veces el límite máximo de concentración de partículas finas o PM2,5 recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) –que es de 25 microgramos–, ya que se han alcanzado los 557 microgramos por metro cúbico, según datos de la embajada de Estados Unidos en la ciudad. Los niveles que superen los 300 se consideran ‘muy peligrosos’ para la salud, de acuerdo con las estimaciones de la Agencia de Protección Medioambiental estadounidense.

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Actualizado: 2 de octubre de 2017

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