Fangoterapia, revitaliza tu piel
La fangoterapia es un tratamiento milenario que consiste en aplicar sobre la piel diversos tipos de fangos y barros para mejorar su aspecto, con el que además se pueden tratar algunos problemas médicos.

Consejos para disfrutar de la fangoterapia

Laura Saiz

Por: Laura Saiz

Periodista especializada en deporte, belleza y bienestar

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

La fangoterapia abarca muchos tratamientos distintos con el nexo común del uso de barros para tratar problemas médicos o estéticos. No obstante, las personas que se decidan a disfrutar de sus múltiples beneficios para la salud deben conocer el tratamiento concreto elegido y asegurarse de que es el más indicado para su problema.

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Ya sea en un centro de belleza, en el lugar donde se extraen los fangos, o en el propio domicilio, es aconsejable realizar una prueba de sensibilidad antes de llevar a cabo un tratamiento completo de fangoterapia. Para ello, se aplicará una pequeña cantidad de producto, y si no se aprecia reacción alérgica pasados unos minutos, se puede extender el barro por toda la zona que se desea tratar.

Si queremos potenciar los efectos positivos de la fangoterapia, podemos completarla con un masaje o una mascarilla hidratante o nutritiva después de los fangos, así como añadir a la preparación ciertos aceites esenciales o infusiones que potenciarán sus efectos. Las combinaciones son casi infinitas, aunque lo más habitual es completar los barros con lavanda para potenciar el efecto relajante, manzanilla por sus propiedades antiinflamatorias, romero para los dolores, algas para la celulitis, o cola de caballo para la retención de líquidos.

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Ya sea en baños, cataplasmas, envolturas o masajes, el barro necesita unos 20-30 minutos de reposo en la piel para que haga efecto; no obstante, hay algunos lodos que se secan mucho más rápido debido a su menor contenido en agua, y otros que necesitan alrededor de 45 minutos. Lo mejor es esperar a que se haya secado completamente (lo notaremos simplemente al tacto o la vista) y retirarlo en ese momento con abundante agua (no tiene sentido prolongar más tiempo los fangos en nuestra piel porque, una vez secos, ya no aportan más beneficios). Después de lavar bien la piel, es conveniente prolongar el reposo durante unos minutos y, si es necesario, completar el tratamiento con algún masaje manual.

Ciertos barros son hiperpigmentantes, por lo que hay que tener mucho cuidado después de su uso. Y es que si se toma el sol tras su aplicación, pueden aparecer manchas en la piel que serán difíciles de tratar. Por este motivo, infórmate bien antes de una sesión de fangoterapia de las propiedades y características de los lodos y las precauciones que hay que adoptar en cada caso.

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Creado: 8 de mayo de 2014

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