Riesgos y complicaciones de la colestasis del embarazo
Actualizado: 5 de mayo de 2023
La colestasis intrahepática del embarazo o colestasis gravídica es un problema de salud que puede afectar a la mujer durante la gestación y tener también consecuencias negativas para el futuro bebé. Estas son las repercusiones del trastorno para madre e hijo:
Riesgos de la colestasis obstétrica para la madre
Si te han detectado colestasis del embarazo debes saber que no es una enfermedad grave para ti. Sufrirás, eso sí, la incomodidad y la molestia de los picores –que afectan especialmente a las piernas, las plantas de los pies y las palmas de las manos–, pero con medicación a veces se alivian. “Una vez que la paciente da a luz, el cuadro desaparece”, señala la doctora Mar González, médico adjunto del Servicio de Obstetricia y responsable de la Unidad de Embarazo Patológico del Hospital Universitario La Paz, de Madrid.
Algunos estudios recientes plantean la conveniencia de vigilar tras el parto a estas mujeres, porque pasado el tiempo podrían desarrollar enfermedad hepática. No obstante, los resultados son contradictorios, ya que una investigación publicada en European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology el año pasado, y llevada a cabo en la Universidad de Tampere (Finlandia) con 571 mujeres que habían padecido colestasis en al menos un embarazo, concluyó que esta enfermedad no estaba relacionada con la posterior supervivencia de las mujeres.
Riesgos de la colestasis del embarazo para el feto
La colestasis en el embarazo es una patología que puede ser muy grave para el bebé. “Aumenta el riesgo de prematuridad porque la madre puede empezar con contracciones antes de tiempo. También puede alterar la frecuencia cardiaca fetal”, advierte la doctora González, quien afirma que el riesgo de muerte del bebé en el embarazo y en el parto es entre un 1% y un 2% mayor. Estos peligros crecen cuando los ácidos biliares superan cuatro veces los niveles normales, hasta los 40 µmol / L. “La mortalidad fetal es mayor, sobre todo cuando alcanzan los 100 µmol / L”, añade la ginecóloga. En estos casos, para comprobar el bienestar fetal, se somete a la madre a una estrecha vigilancia con ecografía y cardiotocógrafo (monitorización), que mide la frecuencia cardiaca del bebé y, si se sospecha que la vida del pequeño está en peligro, se adelanta el parto.
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Creado: 3 de marzo de 2020