Sexo anal, deja atrás los mitos
¿Te atreves a descubrir las peculiaridades del sexo anal? Conoce los mitos que se han vertido en torno a él y aprende a disfrutar de una experiencia nueva de manera segura con la ayuda de nuestro decálogo.

Desmitificando el sexo anal

María Jiménez Albundio

Por: María Jiménez Albundio

Psicóloga y sexóloga clínica especialista en infertilidad

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

El sexo anal ha sido blanco de numerosos mitos que han manchado gravemente su reputación. A continuación nos haremos eco de algunos de ellos e intentaremos desmontar los prejuicios más extendidos al respecto.

El sexo anal es doloroso

Realidad: El sexo anal no tiene por qué ser doloroso si se practica correctamente.

Cierto es que la penetración anal no puede compararse con la vaginal, pues el recto no recibe al pene de igual forma. El ano no se lubrica de manera natural ni sus músculos se relajan de igual modo; no obstante, teniendo en cuenta las consideraciones que más tarde explicaremos, se puede gozar de él sin molestia alguna.

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El sexo anal es una práctica únicamente homosexual

Realidad: El sexo anal no se limita en absoluto al público homosexual masculino, pues tanto parejas homosexuales como heterosexuales disfrutan de esta experiencia.

Seas hombre o mujer, y sea cual sea tu preferencia sexual, nada te impide gozar de las sensaciones que te puede aportar esta práctica y, por supuesto, si eres hombre y disfrutas con la estimulación anal, ello no te convierte automáticamente en homosexual.

El sexo anal no provoca placer a las mujeres

Realidad: El sexo anal adecuadamente practicado constituye una considerable fuente de placer tanto para hombres como para mujeres.

En el caso de los hombres, está ampliamente extendida la idea de la estimulación prostática. En el caso de las mujeres, deberemos hacer alusión a la gran cantidad de nervios que inervan esta zona y la dotan de una especial y gratificante sensibilidad.

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El sexo anal es inmoral y denigrante

Realidad: El sexo anal no es una práctica antinatural ni de humillación.

Sorteando cuestiones religiosas e históricas, el sexo anal es una práctica sexual como cualquier otra. En cuestión de sexo todo vale, siempre y cuando aquello que llevemos a cabo no constituya daño o peligro alguno para nosotros mismos o nuestra pareja sexual y nos aporte una sensación de bienestar y placer.

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Creado: 25 de noviembre de 2016

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