Cibercondría, hipocondríacos digitales

Consultar constantemente síntomas y enfermedades en Internet genera ansiedad y una preocupación innecesaria.
Actualizado: 8 de mayo de 2025
La adicción a Internet o el abuso del empleo de las nuevas tecnologías hasta el punto de que el ‘no sin mi smartphone’ se ha convertido en un mantra, no solo de los nativos digitales, sino también de generaciones que han vivido su infancia y juventud sin esa necesidad compulsiva de comprobar cada cinco minutos si han recibido un wassap o alguien ha colgado una foto o ha cambiado de estado en Facebook, ha hecho necesario crear nuevos vocablos que definan los trastornos asociados a esta conducta.
Y la cibercondría es uno de esos nuevos términos, que en este caso sirve para describir a un individuo hipocondríaco que navega por la red con la obsesión de encontrar la enfermedad con la que se corresponden los síntomas que padece o cree padecer. No se trata de una simple consulta en Internet, sino que la búsqueda es compulsiva y está basada en su percepción errónea de estar enfermo y la necesidad de comprobarlo accediendo a información, que incluso en el caso de que sea veraz y contrastada, el afectado no suele interpretar de forma adecuada.
Aunque no está incluida como trastorno en el DSM-5 (manual de referencia en salud mental), muchos psicólogos la consideran una variante moderna de la hipocondría, potenciada por el acceso ilimitado a la información.
La cibercondría describe la conducta de un hipocondríaco que navega por Internet con el objetivo de encontrar la enfermedad con la que se corresponden los síntomas que padece o cree padecer
La persona con cibercondría o hipocondría digital asocia molestias leves o que no revisten gravedad, por ejemplo un dolor de cabeza ocasional, a una enfermedad grave, como un tumor cerebral, solo porque ha leído en Internet que sufrir cefaleas es uno de los síntomas de los tumores cerebrales. Si te ha pasado alguna vez, no estás solo. En la era digital, consultar en Internet por cada molestia física se ha vuelto casi un acto reflejo. Pero cuando esta búsqueda se vuelve obsesiva y genera más angustia que respuestas, podríamos estar hablando de cibercondría.
Información sanitaria sí, pero fiable
Informar y educar a la población para que aprenda a mantener su salud y a prevenir enfermedades es útil y beneficioso para la sociedad en general, e Internet representa una oportunidad única para conseguir este objetivo, pero no toda la información que encontramos en la red es fiable y el cibercondríaco, además, parte de la errónea creencia de que tiene alguna enfermedad grave, por lo que en su caso el acceso a la información sanitaria resulta contraproducente porque puede pensar que ha descubierto lo que le ocurre sin consultar con el médico, e incluso automedicarse, con la convicción de estar actuando de la mejor manera.
Los expertos señalan que aunque es positivo que las personas conozcan los síntomas que pueden indicar que tienen un problema de salud, a partir de ahí es imprescindible acudir a un médico, que es el indicado para interpretar esa información. Internet no es una fuente de diagnósticos y tratamientos, en ningún caso puede sustituir la opinión de un profesional, y leer constantemente sobre síntomas y enfermedades genera ansiedad y una preocupación innecesaria, por lo que las personas hipocondríacas con esta conducta deberían consultar su problema con un especialista.
Consejos para afrontar la cibercondría
Superar la cibercondría no significa desconectarse del mundo digital, sino aprender a usarlo con criterio. Aquí algunos consejos prácticos:
- Limita el tiempo de búsqueda: ponte un “tope” de 15 minutos al día máximo para consultar temas de salud. Y si no encuentras respuestas tranquilizadoras, mejor pregunta a un profesional.
- Usa fuentes fiables: evita foros sin moderación o vídeos de YouTube o TikTok sin referencias médicas. Algunas fuentes confiables son MedlinePlus, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Ministerio de Sanidad de España o Webconsultas.
- Cuestiona lo que lees; no todo lo que aparece en Google está contrastado. Un dolor abdominal puede ser desde gases hasta apendicitis, pero no lo sabrás sin evaluación médica.
- Trabaja tu ansiedad: la cibercondría es una manifestación de ansiedad. Técnicas como mindfulness, ejercicio físico regular o acudir a un psicólogo pueden ser clave.
- Terapia cognitivo-conductual: cuando el problema interfiere en tu vida diaria, la ayuda psicológica profesional es esencial. Muchos psicólogos abordan específicamente este tipo de ansiedad vinculada al uso de tecnologías.
- ¿Y si es un ser querido quien la padece?: si sospechas que un familiar o amigo vive atrapado en la búsqueda de síntomas online intenta escucharle sin juzgar, pero anímale a consultar con profesionales reales. No refuerces su ansiedad compartiendo casos extremos o testimonios alarmistas. En su lugar, puedes sugerirle pautas como las que has leído aquí o derivarle a este mismo artículo.
Creado: 22 de abril de 2015