Coronafobia, miedo patológico al coronavirus
Actualizado: 5 de mayo de 2023
Hace casi dos años que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia global por COVID-19 y desde entonces se han producido sucesivas olas de contagio (en España vamos por la sexta) que han ido acompañadas de medidas para tratar de frenar la propagación del coronavirus SARS-CoV-2, desde un confinamiento riguroso, a volver a usar mascarilla en exteriores, presentar el certificado COVID al viajar o al entrar en determinados locales, o la vacunación obligatoria que han decidido imponer algunos países a determinados grupos de la población.
En una situación de crisis sanitaria tan prolongada y que afecta a todos los ámbitos de la vida (económico, laboral, familiar, social, de ocio…) no es de extrañar que los problemas emocionales, psicológicos y psiquiátricos se hayan incrementado y se hayan acuñado nuevos términos para denominar algunos de estos trastornos, como fatiga pandémica –cansancio e insatisfacción por tener que vivir con tantas restricciones, y síntomas físicos como dolor de cabeza o alteraciones del sueño– o el que nos ocupa en este artículo: coronafobia, que en pocas palabras sería un temor patológico a contraer la infección por coronavirus.
Qué es la coronafobia y por qué se produce
Pero, ¿qué dicen los expertos sobre esta situación? “La coronafobia se puede definir como la aparición de miedo o ansiedad intensa, inmediata y desproporcionada ante objetos o situaciones específicas que de forma general no serían considerados como peligrosos, y que además la persona intenta evitar o resistir activamente. En este caso concreto estaríamos hablando de que el estímulo que genera ese miedo sería cualquier circunstancia vinculada con la pandemia, con el COVID-19”, nos explica Arantxa Duque Moreno, Doctora en neurociencias y docente e investigadora en la Universidad Internacional de Valencia (VIU).
“La coronafobia incluiría características de hipocondría o trastorno de ansiedad, que básicamente sería una preocupación excesiva por padecer o contraer una enfermedad”
Existen otras fobias que también tienen relación con los acontecimientos vitales estresantes que nos ha tocado vivir, como la agorafobia o la fobia social, pero según la experta estas “se pueden relacionar de forma más directa con la propia experiencia de confinamiento, del aislamiento, mientras que la coronafobia podría estar más asociada al contagio en sí mismo”.
"Las fobias se desarrollan a partir de un miedo atroz, o un sentimiento cronificado de amenaza, una experiencia traumática, que es lo que está siendo esta epidemia para muchas personas", nos explica Laura Rojas-Marcos, licenciada en Psicología por la Universidad de Nueva York y máster en Psicología por la Universidad Albert Einstein de Yeshiva, y autora de varios libros, entre ellos Convivir y compartir. Claves para relacionarte saludablemente con los demás y contigo. Según la psicóloga el hecho de tener una experiencia traumática no significa que vayamos a desarrollar una fobia, pero algunas personas la tienen y se manifiesta en forma de "sentimientos de pánico y un miedo atroz al virus, que se intensifica por tratarse de algo que no podemos ver y que se asocia a la muerte".
La psicóloga afirma que aunque ya sabemos qué nos ayuda a protegernos, como la mascarilla, la distancia y la higiene, estas personas se encuentran en un estado de hipervigilancia emocional y de alerta constante ante la posibilidad de infectarse, y eso les lleva a refugiarse y rechazar cualquier tipo de contacto para evitar contagiarse o contagiar a otra persona. "No estamos hablando, por ejemplo, de una fobia a volar, que es una fobia específica, sino que el coronavirus puede estar en todas partes: en las personas que queremos, en las cosas, en el aire que respiramos… Por ello, a pesar de que se ha demostrado que la vacunación ayuda, y es desde luego algo necesario y preventivo, no estamos libres de contagiarnos, ni incluso de que se pudiera complicar la cosa, y estas personas sufren enormemente.
Existen, además una serie de características de la personalidad o del entorno que nos pueden hacer más propensos a desarrollar esta fobia, o cualquier trastorno mental, segun la especialista en neurociencias de VIU, que señala que hay que tener una cierta vulnerabilidad que está sobre todo vinculada a determinados factores de riesgo, que en el caso de la coronafobia serían los siguientes:
Cuáles son los síntomas de la coronafobia
Una serie de signos, síntomas o cambios en nuestra personalidad, en nuestros intereses o en nuestra forma de relacionarnos con los demás, nos pueden hacer sospechar que hemos desarrollado coronafobia. Basilio Blanco Núñez, Psicólogo general sanitario y docente e investigador en la Universidad Internacional de Valencia, indica cuáles son los principales:
“Por supuesto –detalla el psicólogo– esta sintomatología tendría que estar asociada a la pandemia. Por ejemplo, los problemas para dormir aparecen tras el inicio de la pandemia, o los cuadros de desesperanza ante problemas futuros que estarían vinculadas específicamente a la pandemia”.
“Por otro lado –añade Arantxa Duque Moreno–, tampoco hay que olvidar que los trastornos no son puros y pueden compartir determinada sintomatología entre ellos. Así, por ejemplo, podríamos decir que la coronafobia incluiría características de hipocondría o, como se conoce desde el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, el trastorno de ansiedad por enfermedad, que básicamente sería una preocupación excesiva por padecer o contraer una enfermedad”.
“La duración de la pandemia y otras medidas que se mantienen, como llevar mascarilla o las limitaciones en el ocio, se asocian a otro tipo de trastornos. Entre ellos destaca la fatiga pandémica, un cuadro compuesto por síntomas fisiológicos, como por ejemplo cambios hormonales, síntomas emocionales como un bajo estado de ánimo, síntomas cognitivos –pensar que no vamos a salir nunca de esta situación– y síntomas conductuales como alteraciones en el sueño, asociados a una exposición de larga duración a la pandemia por COVID-19” afirma el psicólogo.
"Las personas con coronafobia se encuentran en un estado de hipervigilancia emocional y de alerta constante ante la posibilidad de infectarse que les lleva a rechazar cualquier tipo de contacto"
"La fatiga pandémica –señala Laura Rojas-Marcos– es lo que estamos sintiendo todos: desgaste emocional, cansancio, saturación, irritación, y creo que nadie en el mundo se libra de esa sensación de agotamiento emocional, e incluso físico, a causa de la tensión y el estrés que produce esta situación que ya lleva dos años. Estamos hablando de mucho tiempo y un estrés cronificado deja huella. Todos de una manera o de otra padecemos de esa ansiedad asociada a la incertidumbre constante y al no saber cómo responder en ocasiones a los cambios repentinos de un día para otro".
Consejos para evitar o solucionar la coronafobia
La clave para prevenir la coronafobia está en evitar el miedo que genera el contagio del virus que desencadena el COVID-19, indica la Dra. Duque Moreno, que nos ofrece algunos tips que nos serían útiles para ello como:
Terapia cognitivo-conductual para tratar la coronafobia
En cuanto a qué podemos hacer para tratar la coronafobia si comprobamos que este trastorno se ha instaurado e interfiere en nuestra vida cotidiana, la investigadora de VIU nos asegura que “como ocurre con cualquier otro tipo de fobia, la evidencia científica disponible hasta el momento indica que las terapias cognitivo-conductuales son el tratamiento de elección que mayor eficacia clínica presenta”.
Y explica que el tratamiento consiste en la aplicación de diversos tipos de técnicas que se centran en eliminar el malestar asociado a la fobia. De forma más concreta, las técnicas de exposición son las que se emplean con mayor frecuencia desde la psicología clínica, y luego dependerá mucho de diferentes factores, entre ellos, del objeto o situación fóbica que nos produzca miedo, y también de la propia persona. Esos factores van a afectar al tipo de exposición que se aplique”.
Sin embargo, también advierte que al ser la coronafobia un trastorno incipiente que ni siquiera está catalogado, ni incluido como trastorno dentro del manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, es necesario realizar estudios que permitan valorar cuál sería el tratamiento de elección más adecuado en cada caso.
Creado: 18 de enero de 2022