Asocian la apnea del sueño en niños a trastornos del aprendizaje

El 75% de los pequeños con apnea del sueño tiene ansiedad y dificultades para centrar la atención o memorizar, lo que afecta a su rendimiento escolar, según un documento de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica.

Cuando un niño no consigue dormir de un tirón por la noche y se despierta muchas veces, de todos es sabido, que se resiente su rendimiento en el colegio. Y esto es lo que ocurre a mayor escala cuando su sueño es fragmentado por culpa del síndrome de apneas-hipoapneas del sueño (SAHS). De hecho, el 47 por ciento de los niños con este trastorno tiene problemas de conducta, según recoge el Documento de consenso del síndrome de apneas-hipoapneas durante el sueño en niños, publicado en Archivos de Bronconeumologia, publicación de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

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El estudio, realizado en niños de entre 3 y 12 años, señala que tres de cada cuatro está alterada su capacidad de atención, la memoria, la estructuración espacial y tienen ansiedad. Así, en el 45,5% de los pequeños afectado con esta patología la atención directa está alterada, el 30,8% presenta hiperactividad, el 53,8% déficit de atención y un 23% Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

La apnea del sueño en los niños es diferente a la de los adultos: en la infancia el ronquido es más continuo que en los adultos y el pequeño es frecuente que respire por la boca, mientras que en una persona mayor es menos común. Con la apnea, al pequeño se le obstruye parcial o completamente, pero de forma intermitente, la vía aérea superior, lo que provoca que el sueño profundo y reparador de la fase REM se interrumpa.

El SAHS no solo afecta al comportamiento del niño en el colegio, también puede tener repercusiones cardiovasculares y retraso en el crecimiento

Es un trastorno respiratorio del sueño que afecta entre al 2% y al 4% de los pequeños entre 2 y 6 años. El porcentaje de los niños que roncan es del 7 al 16,7% de los niños de 6 meses a 13 años y del 5 al 14,8% en los adolescentes. Algunos de los síntomas que pueden hacer sospechar que el niño padece SAHS son los ronquidos, la respiración fuerte, somnolencia por el día, bajo rendimiento escolar, problemas de concentración

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Hay varios factores que pueden provocar este trastorno, como unas amígdalas muy grandes, las vegetaciones nasales o adenoides, malformaciones craneofaciales, enfermedades neurológicas, neuromusculares, parálisis cerebral infantil, reflujo gastroesofágico y obesidad.

SAHS, un trastorno a vigilar en los niños

Que un niño ronque o tenga una fuerte respiración debe ser consultado con el pediatra. Según los especialistas, en el niño la hipoxia es decir, la falta de oxígeno en el cerebro a causa de la obstrucción de la vía aérea, no solo afecta a su comportamiento en el colegio y a su rendimiento escolar, también puede tener otras repercusiones, como alteraciones cardiovasculares, y retraso en el crecimiento.

En un metaanálisis de 61 estudios, citado en el documento de consenso del SEPAR, se demostraba que el SAHS tiene también afectaba al humor del niño, la expresión lingüística, la percepción visual y la memoria de trabajo.

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Un estudio realizado en 2016 por la Universidad de Chicago con 1.010 niños roncadores y no roncadores de entre 5 y 7 años de escuelas publicas y publicado en American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine analizó las consecuencia que tiene la apnea obstructiva según su gravedad. Los investigadores concluyeron que el SAHS pude provocar deterioro cognitivo y que ya el solo hecho de roncar pude afectar a funciones neurocognitivas. Incluso en los casos más graves el niño podría en el futuro no alcanzar sus objetivos académicos y obstaculizar su capacidad de alcanzar la independencia.

Actualizado: 4 de mayo de 2023

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