La exposición a luz artificial por la noche puede aumentar el riesgo cardíaco

03/11/2025
La luz artificial nocturna está presente prácticamente en todas las ciudades modernas y, de hecho, se habla de contaminación lumínica como un problema para la salud. Un nuevo estudio ha revelado ahora que la exposición a altos niveles de luz artificial durante la noche podría tener un impacto negativo en la salud cardiovascular porque puede estar relacionada con una mayor actividad cerebral asociada al estrés, inflamación de las arterias y más riesgo de enfermedades cardíacas.
El estudio se ha realizado en Boston y se presentará en las Sesiones Científicas 2025 de la American Heart Association1. Sus autores han señalado que la iluminación artificial es un factor ambiental que se puede modificar, lo que hace factible adoptar medidas que ayuden a reducir el riesgo de que las personas que residan en las zonas más afectadas por la contaminación lumínica sufran enfermedades del corazón.
Cómo afecta la contaminación lumínica a la salud del corazón
Para realizar la investigación se combinaron imágenes cerebrales y datos de satélite para analizar cómo la exposición a la luz nocturna influye en el organismo. Participaron 450 adultos sin enfermedades cardíacas ni cáncer activo, a los que se les realizó una exploración médica llamada PET/CT, una técnica que permite observar tanto la anatomía como la actividad metabólica de los tejidos. De este modo, los investigadores pudieron medir simultáneamente la actividad cerebral relacionada con el estrés y la inflamación de las arterias.
Las personas más expuestas a la luz artificial por la noche mostraron mayor actividad cerebral asociada al estrés, más inflamación en los vasos sanguíneos y un riesgo más alto de sufrir problemas cardíacos graves. Cuanta más luz nocturna recibía una persona, mayor era su probabilidad de desarrollar enfermedades del corazón. Cada incremento en los niveles de luz se asoció con un aumento del 35% en el riesgo de enfermedad cardíaca a 5 años y del 22% a 10 años.
“Incluso niveles moderados de luz durante la noche se asociaron con más estrés en el cerebro y las arterias”
El riesgo fue aún mayor en quienes vivían en zonas con otros factores de estrés ambiental o social, como tráfico intenso o bajos ingresos. Tras 10 años de seguimiento, el 17% de los participantes desarrolló una enfermedad cardíaca importante. “Observamos una relación casi directa: cuanto más expuestos estaban los participantes a la luz nocturna, mayor era su riesgo cardiovascular. Incluso niveles moderados de luz durante la noche se asociaron con más estrés en el cerebro y las arterias”, ha declarado el Dr. Shady Abohashem, autor principal del estudio y especialista del Hospital General de Massachusetts, en una nota publicada por la American Heart Association.
“Vimos una relación casi directa: cuanto más expuestos estaban los participantes a la luz nocturna, mayor era su riesgo cardiovascular. Incluso niveles moderados de luz durante la noche se asociaron con más estrés en el cerebro y las arterias”. Según el investigador, cuando el cerebro percibe estrés, se activan señales que estimulan el sistema inmunitario, provocando inflamación en los vasos sanguíneos. A largo plazo, este proceso puede endurecer las arterias y aumentar la probabilidad de infarto o ictus.
Consejos para reducir el riesgo asociado a la luz artificial
Para reducir los efectos de la luz artificial, los expertos proponen limitar la iluminación exterior innecesaria, instalar farolas con pantallas protectoras o luces con sensores de movimiento. A nivel individual, recomiendan mantener las habitaciones oscuras por la noche y evitar pantallas electrónicas antes de dormir.
El doctor Julio Fernández-Mendoza, de la Universidad Estatal de Pensilvania, que no participó en la investigación, señaló que estos hallazgos refuerzan la idea de que la luz artificial excesiva puede alterar el reloj biológico, suprimir la melatonina y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluso en niveles bajos de exposición.
El trabajo tiene varias fortalezas, como el uso de tecnología avanzada para medir la actividad cerebral y la inflamación arterial, junto con datos de satélite sobre la luminosidad ambiental. Sin embargo, los investigadores advierten que se trata de un estudio observacional, lo que significa que no puede probar una relación causa-efecto. Además, todos los participantes pertenecían al mismo sistema hospitalario, por lo que los resultados podrían no ser aplicables a toda la población.
A pesar de ello, los autores confían en que estos datos impulsen nuevas investigaciones y sirvan para diseñar políticas urbanas que reduzcan la contaminación lumínica y mejoren la salud del corazón.
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“Exposure to More Artificial Light at Night May Raise Heart Disease Risk.” American Heart Association, 3 Nov. 2025, https://newsroom.heart.org/news/exposure-to-more-artificial-light-at-night-may-raise-heart-disease-risk.
Actualizado: 30 de octubre de 2025










