La inacción frente al cambio climático se paga con millones de vidas cada año

29/10/2025
El planeta ha superado por primera vez el aumento de 1,5 °C respecto a la era preindustrial, con las consecuencias que esto conlleva. Por ejemplo, en 2024 se registraron temperaturas récord, incendios devastadores, inundaciones y sequías en todo el mundo. Estos fenómenos no solo dañan los ecosistemas, sino que están afectando directamente a la salud y la vida de millones de personas, según advierte el Informe Countdown 2025 sobre Salud y Cambio Climático publicado por la revista The Lancet1.
Este informe anual señala que la dependencia de los combustibles fósiles y la falta de adaptación al calentamiento global están costando vidas, salud y empleos. De los 20 indicadores analizados, 12 alcanzaron niveles sin precedentes. Los grupos de población más vulnerables son los bebés, las personas mayores y los pacientes con enfermedades crónicas. En 2024, los bebés estuvieron expuestos a casi cuatro veces más días de calor extremo que hace 30 años, y los adultos mayores, a más del triple.
El informe –elaborado por 128 expertos de 71 instituciones y organismos de la ONU, en colaboración con la OMS– confirma que 2024 fue el año más caluroso de la historia. Las personas estuvieron expuestas a 16 días adicionales de calor extremo directamente atribuibles al cambio climático. Los bebés y los mayores de 65 años fueron los más afectados, soportando un aumento del 389% y el 304 % en los días de ola de calor respecto a la media de 1986-2005.
Calor, incendios y fenómenos meteorológicos extremos
El calor intenso ha provocado un 63% más muertes relacionadas con el calor desde los años noventa –unas 546.000 cada año–, además de reducir la calidad del sueño y la capacidad para trabajar o hacer ejercicio. En 2024, la contaminación del aire causada por el humo de incendios forestales se asoció con 154.000 muertes, mientras que el riesgo de transmisión del dengue creció casi un 50% desde los años 50.
Según los expertos, 2,5 millones de personas mueren cada año a causa de la contaminación procedente de la quema de carbón, petróleo y gas. Aun así, los gobiernos destinaron 956.000 millones de dólares en 2023 a subvencionar combustibles fósiles, mientras las grandes petroleras continúan ampliando su producción, a un ritmo tres veces superior al que el planeta puede soportar.
Aunque algunos países han retrocedido en sus compromisos climáticos, el informe también destaca los resultados positivos de las medidas que sí se han puesto en marcha: la reducción del uso del carbón y la expansión de las energías limpias salvan unas 160.000 vidas al año gracias a un aire más limpio y sano.
La doctora Marina Romanello, directora ejecutiva del Lancet Countdown, ha advertido que “los daños a la salud provocados por el calor extremo, los incendios y los fenómenos meteorológicos extremos están matando a millones de personas”. Añadió que “ya existen las soluciones para evitar una catástrofe climática: las comunidades y los gobiernos locales están demostrando que el cambio es posible. Pero debemos acelerar el paso. Abandonar los combustibles fósiles sigue siendo la medida más eficaz para proteger vidas”.
Las altas temperaturas y las sequías provocaron incendios masivos y empeoraron la inseguridad alimentaria, dejando a 123 millones de personas más sin acceso suficiente a alimentos. Mientras tanto, más de 2.000 millones de personas siguen dependiendo de combustibles contaminantes en sus hogares. En 2022, el uso de leña, carbón o queroseno provocó 2,3 millones de muertes evitables, además de 2,5 millones adicionales por la contaminación ambiental general.
“Existen soluciones para evitar una catástrofe climática, pero debemos acelerar el paso. Abandonar los combustibles fósiles sigue siendo la medida más eficaz para proteger vidas”
A esto se suma que las dietas poco saludables y con alta huella de carbono causaron 11,8 millones de muertes ese mismo año. Por ello, Romanello también subrayó la importancia de seguir dietas más saludables y sostenibles, capaces de reducir la contaminación, los gases de efecto invernadero y la deforestación, lo que podría salvar más de diez millones de vidas al año.
El calor extremo también tiene un coste financiero enorme: en 2024 se perdieron 639.000 millones de horas de trabajo, equivalentes a 1,09 billones de dólares, casi el 1% del PIB mundial. Las muertes por calor en mayores de 65 años representaron pérdidas económicas de 261.000 millones de dólares.
El cambio climático también contribuye a la propagación de enfermedades transmitidas por insectos, como el dengue, que aumentó un 48% desde los años 50, o la leishmaniasis, que se prevé suba casi un 30%. También crece el riesgo de enfermedades transmitidas por garrapatas, como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.
Energías limpias y estrategias para frenar el deterioro y proteger la salud
A pesar de los retrocesos políticos, el informe destaca que las ciudades, las comunidades y el sector sanitario están liderando el cambio. En 2024, 834 ciudades informaron haber completado o iniciado evaluaciones de riesgo climático, y las emisiones del sector salud se redujeron un 16% entre 2021 y 2022. Más de la mitad de los países ya han desarrollado planes de adaptación sanitaria, y dos tercios de los estudiantes de medicina han recibido formación sobre salud y clima.
Entre los avances que resultan más prometedores destacan que la energía renovable generó un 12% de la electricidad mundial en 2022 y fue responsable del 10% del crecimiento del PIB global en 2023, que en China las emisiones bajaron por primera vez, mientras el sector de energía limpia representó el 10% de su economía, o que en Reino Unido las emisiones se redujeron a la mitad respecto a 1990 y la economía verde creció tres veces más rápido que el resto. Además, el empleo en energías renovables aumentó un 18% en un solo año, alcanzando más de 16 millones de puestos de trabajo
Los autores insisten en que cada año de inacción cuesta vidas, pero que la buena noticia es que existen soluciones: las energías limpias, la movilidad sostenible, la educación y las políticas basadas en la ciencia pueden mejorar la salud y crear economías más estables y justas e incluyen propuestas para minimizar las graves consecuencias para la salud y el medioambiente, como:
- Acción conjunta de gobiernos, empresas y ciudadanía para frenar el deterioro y proteger la salud.
- Los gobiernos, deben redirigir subsidios fósiles hacia energías limpias y salud pública.
- En las ciudades es prioritario aumentar las zonas verdes y fomentar el transporte sin emisiones.
- Empresas: descarbonizar sus operaciones y dejar de financiar combustibles fósiles.
- Sistema sanitario: es el responsable de un 4% de las emisiones globales, por lo que recomiendan reducir su huella de carbono y formar a los profesionales para atender los impactos del cambio climático sobre la salud
- A nivel individual: adoptar dietas saludables y sostenibles, reducir el consumo innecesario y optar por medios de transporte limpios.
El informe concluye que la lucha contra el cambio climático es una oportunidad histórica para mejorar la salud global, crear empleo y reducir la pobreza energética. Pero exige una acción conjunta y rápida: “Mientras algunos líderes se aferran a un modelo insostenible, la humanidad paga el precio con su salud y su futuro. Proteger la vida y el bienestar exige actuar ya –y hacerlo entre todos”.
Víctor Resco de Dios, profesor de Ingeniería forestal y Cambio global de la Universidad de Lleida, que no ha participado en el estudio ha señalado en declaraciones a SMC España2 que “el informe también cuantifica cómo en España se han perdido más de 170 millones de horas de trabajo por el creciente estrés climático, o que se ha producido una pérdida a nivel global de la competitividad del 5%". Y añade que en España "aún destinamos 6.800 millones de dólares a subvencionar el cambio climático, lo que equivale al 1% de los Presupuestos Generales del Estado en el año 2023, la última vez que se aprobaron. El estudio estima que en España murieron de forma prematura unas 40.000 personas por un consumo insuficiente de comidas basadas en vegetales, un recordatorio del elevado coste que tiene para nuestra salud el no seguir la dieta mediterránea".
Y concluye: "En definitiva, el estudio dibuja un escenario cada vez más dantesco, donde se constata cómo ya están aquí esas previsiones climáticas que antes se dibujaban como un escenario lejano y futuro. Y lo que vemos ahora es apenas la previa del futuro que nos espera si seguimos como hasta ahora”.
En Webconsultas nos tomamos muy en serio la calidad de la información. Por eso, seleccionamos y verificamos nuestras fuentes, dándole prioridad a investigaciones avaladas por expertos, instituciones académicas de prestigio, sociedades médicas y revistas científicas reconocidas. Nuestro objetivo es ofrecerte un contenido preciso, íntegro y confiable.
- 1
Romanello, M., Walawender, M., Hsu, S.-C., Moskeland, A., Palmeiro-Silva, Y., Scamman, D., Smallcombe, J. W., Abdullah, S., Ades, M., Al-Maruf, A., Ameli, N., Angelova, D., Ayeb-Karlsson, S., Ballester, J., Basagaña, X., Bechara, H., Beggs, P. J., Cai, W., Campbell-Lendrum, D., … Costello, A. (2025). The 2025 report of the Lancet Countdown on health and climate change. 28 octubre 2025. Lancet, 0(0). https://doi.org/10.1016/s0140-6736(25)01919-1
- 2SMC España. «22.000 Muertes Al año En España Se Atribuyen a La contaminación Del Aire». SMC España, https://sciencemediacentre.es/22000-muertes-al-ano-en-espana-se-atribuyen-la-contaminacion-del-aire.
Actualizado: 28 de octubre de 2025











