Scrollear en el inodoro está elevando un 46% tu riesgo de hemorroides

08/09/2025
Una costumbre tan cotidiana como “echar un vistazo al móvil” mientras uno está en el baño podría no ser tan inocua. Un trabajo publicado a primeros de septiembre en la revista PLOS ONE1 pone cifras a un presentimiento clínico: quienes usan el smartphone en el inodoro tienen más probabilidades de presentar hemorroides que quienes no lo hacen. El hallazgo no se basa en percepciones, sino en observaciones directas durante colonoscopias.
En concreto, un equipo del Centro Médico Beth Israel Deaconess (BIDMC), afiliado a Harvard, encuestó a 125 adultos que acudían a una colonoscopia de cribado sobre sus hábitos en el baño, el uso del teléfono, la dieta y la actividad física; después, cotejó las respuestas con lo que vieron los endoscopistas. El resultado fue, cuanto menos llamativo: el 66% admitió usar el teléfono en el inodoro y, tras ajustar por edad, sexo, IMC, ejercicio, esfuerzo e ingesta de fibra, ese hábito se asoció con un 46% más de riesgo de tener hemorroides visibles en la colonoscopia.
Algunos pensarán que solo echa un vistacillo a su teléfono mientras hacen de vientre, pero la realidad que refleja este trabajo es que los usuarios de smartphone fueron cinco veces más propensos a permanecer sentados más de cinco minutos por cada visita al baño que los no usuarios. ¿Y qué miraban se preguntarán muchos? Pues bien, entre las actividades más frecuentes mientras estaban en el inodoro destacó leer noticias (54,3%), seguida de visitar redes sociales (44,4%).
El trabajo, de diseño transversal, también constató que los usuarios de móvil informaron realizar menos ejercicio semanal que los que no lo utilizaban; y que los adultos más jóvenes eran los más dados a llevarse el teléfono al baño. Aun así, no se observaron diferencias entre grupos en estreñimiento o esfuerzo al evacuar, y en el modelo multivariante el esfuerzo no resultó predictor independiente de hemorroides.
La autora sénior de la encuesta, la gastroenteróloga Trisha Pasricha, explica en una nota del del Centro Médico Beth Israel Deaconess2 por qué quisieron poner a prueba esta idea. “Soy gastroenteróloga y también estoy escribiendo un libro que se publicará en primavera, titulado ‘Has estado haciendo caca mal’. Uno de los capítulos trata sobre las hemorroides”, cuenta en una entrevista. "Mis colegas y yo, en gastroenterología, les decimos a nuestros pacientes que no pasen más de un par de minutos en el baño. Todos tenemos la sensación de que pasar demasiado tiempo en el baño es malo. Pero mientras escribía este capítulo del libro, revisé la literatura para ver en qué se basa realmente esta regla de los cinco minutos. Y los datos disponibles son bastante escasos. Me impresionó este fantástico estudio antiguo de 1989 en The Lancet sobre las hemorroides y leer el periódico en el baño… Ahora, en 2025, no creo que nadie lea el periódico, pero sabemos que todos usan el teléfono en el baño. Así que pensé que necesitábamos actualizar esta información para la era moderna de TikTok”.
En gastroenterología, les decimos a nuestros pacientes que no pasen más de un par de minutos en el baño. Todos tenemos la sensación de que pasar demasiado tiempo en el baño es malo
Los datos sugieren, según Pasricha, que el teléfono prolonga sin querer el tiempo sentado. “Creo que lo que ocurre es que el tiempo se ralentiza al desplazarse, y la gente no se da cuenta de cuánto tiempo pasa sentada. La mitad lo admite, pero la otra mitad sigue haciéndolo sin percibir la conexión”.
Más allá del móvil, el estudio ayuda a comprender la fisiología del problema. Las “almohadillas hemorroidales” son normales y útiles para mantener la continencia fina; se vuelven hemorroides cuando se congestionan y dan síntomas (sangrado, picor, bulto). "Los cojines para hemorroides cumplen esta función: ayudan a crear una barrera entre las heces y los gases del cuerpo y el exterior. Permiten distinguir entre sólidos, gases y líquidos, y ayudan a detectar cuándo es seguro expulsar gases sin defecar en público". Por tanto, resume con claridad Pasricha: son “una barrera acolchada que te protege de la vergüenza social”.
¿Por qué puede influir el uso del smartphone en las hemorroides?
¿Por qué puede influir el teléfono? Los autores plantean que no es tanto el “estar sentado” a secas —algo no vinculado de forma concluyente a hemorroides— como estar sentado en un inodoro, que no sostiene el suelo pélvico como una silla. Ese apoyo deficiente aumentaría la presión en las almohadillas y, con el tiempo, su congestión. La distracción del smartphone favorecería ese tiempo extra sin que el usuario lo perciba.
El trabajo incluye controles de calidad poco habituales en estudios de hábitos: una revisión ciega de imágenes endoscópicas por dos endoscopistas independientes con acuerdo sustancial (kappa 0,62), lo que refuerza la fiabilidad del diagnóstico de hemorroides en la muestra. Aun así, los autores advierten de limitaciones: el diseño transversal impide establecer causalidad, parte de la información (como el tiempo sentado) es autorreferida y la muestra —mayores de 45 años sometidos a cribado— no representa a toda la población.
También asoman diferencias por sexo, aunque el estudio no tuvo potencia suficiente para confirmarlas. “Sospechábamos que habría una brecha de género… se ve una tendencia a que los hombres pasen más tiempo en el baño, pero no tuvimos la potencia estadística suficiente para demostrarlo realmente”, admite Pasricha.
Con todo, las implicaciones prácticas son claras. Los autores señalan que sus resultados respaldan el consejo clínico de limitar el uso del smartphone en el inodoro y reducir las estancias a menos de cinco minutos. No sustituye a otras recomendaciones generales, pero sí pone foco en un gesto cotidiano y modificable.
La autora aboga por normalizar la conversación sobre salud intestinal: “Si no podemos hablar de ello, no podemos obtener ayuda y los médicos no pueden ayudar a nuestros pacientes. El intestino es como cualquier otra parte del cuerpo y creo que debemos tratarlo con respeto y cariño”.
En definitiva, la escena es familiar —móvil en mano, y “solo un minuto”—, pero la evidencia sugiere que ese minuto se estira. Y que, en el baño, quizá la mejor notificación sea dejar el teléfono fuera y centrarnos en nuestro intestino.
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- 1Trisha Pasricha. «Smartphone Use on the Toilet and the Risk of Hemorrhoids». PLOS ONE, vol. 20, n.º 9, Public Library of Science (PLoS), 2025, p. e0329983+, doi:10.1371/journal.pone.0329983.
- 2«Swipe Left on Scrolling: How Smartphones May Increase Hemorrhoid Risk | BIDMC of Boston». PLOS One, vol. 20, n.º 9, Public Library of Science (PLoS), p. e0329983+, https://www.bidmc.org/about-bidmc/news/2025/09/how-smartphones-may-increase-hemorrhoid-risk.
Actualizado: 8 de septiembre de 2025