Hallan un probiótico protector ante la esclerosis lateral amiotrófica

La bacteria probiótica Lacticaseibacillus rhamnosus HA-114 previene la neurodegeneración que se produce en la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), según un estudio en el gusano 'C. Elegans' un modelo animal de la enfermedad.
Mujer joven sentada en uns silla de ruedas

21/12/2022

La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad devastadora que se caracteriza por el progresivo deterioro de las neuronas motoras cuya función es controlar el movimiento voluntario de los músculos, lo que conduce a una pérdida total de las capacidades musculares hasta la parálisis completa, incluida la capacidad de respirar, por lo que los pacientes suelen fallecer entre tres y cinco años después del diagnóstico de ELA, y solo alrededor del 10% sobrevive más de una década.

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Los científicos intentan encontrar terapias que curen esta enfermedad, o al menos frenen o retrasen la progresión de sus síntomas, y ahora un equipo de investigadores del Centro de Investigación CHUM en Quebec (Canadá) ha descubierto que la bacteria probiótica Lacticaseibacillus rhamnosus HA-114 previene la neurodegeneración en el gusano C. Elegans, que es un modelo animal que se utiliza para investigar sobre la ELA.

Los investigadores han publicado su estudio en Communications Biology, donde sugieren que la interrupción del metabolismo de los lípidos contribuye a la degeneración cerebral que caracteriza la enfermedad, y demuestran que la neuroprotección que proporciona HA-114 –un probiótico no comercializado– es única en comparación con otras cepas de la misma familia bacteriana que se han probado.

Identificar las cepas bacterianas con propiedades neuroprotectoras podría constituir la base de nuevas opciones terapéuticas para tratar la esclerosis lateral amiotrófica

“Cuando lo introducimos en la dieta de nuestro modelo animal, encontramos que detiene la progresión de la degeneración de las neuronas motoras. La particularidad de HA-114 se debe realmente a su contenido de ácidos grasos”, ha explicado Alex Parker, investigador del Centro de Investigación CHUM (CRCHUM) y profesor de la Universidad de Montreal, que ha dirigido la investigación.

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La microbiota influye en patologías neurodegenerativas como la ELA

“Investigaciones recientes han demostrado que la alteración de la microbiota intestinal está involucrada en el inicio y la progresión de muchas enfermedades neurodegenerativas incurables, incluida la ELA”, ha destacado Alex Parker. Por esa razón, identificar las cepas bacterianas con propiedades neuroprotectoras podría constituir la base de nuevas opciones terapéuticas para tratar la esclerosis lateral amiotrófica.

Audrey Labarre, primera autora del estudio y miembro del equipo de Alex Parker, se interesó hace unos años en la degeneración de las neuronas motoras en los gusanos C. elegans, nematodos diminutos que fueron modificados genéticamente con genes asociados a la ELA y que comparten el 60% de su composición genética con el gusano humano. La investigadora probó 13 cepas bacterianas diferentes y tres combinaciones de cepas en total para analizar los efectos neuroprotectores de suplementar con probióticos la dieta de este modelo animal.

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El HA-114 destacó, ya que la acción del probiótico disminuyó las alteraciones motoras en modelos de esclerosis lateral amiotrófica y la enfermedad de Huntington, otra patología neurodegenerativa. El equipo de científicos identificó dos genes, acdh-1 y acs-20, que desempeñan un papel clave en este mecanismo neuroprotector. Ambos genes existen en formas equivalentes en los humanos e intervienen en el metabolismo de los lípidos y la beta-oxidación, un proceso mediante el cual los ácidos grasos se descomponen en energía a nivel de las mitocondrias, la verdadera fuente de energía de las células.

“Creemos que los ácidos grasos, suministrados por HA-114, ingresan a la mitocondria por una ruta independiente y no tradicional. Al hacerlo, reequilibran el metabolismo energético defectuoso en la ELA y, por lo tanto, conducen a una disminución de la neurodegeneración”, ha señalado Alex Parker.

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Estos científicos están ahora realizando estudios similares en ratones, que son un modelo animal más complejo que el gusano C. Elegans, y posteriormente probarán si HA-114 podría ser un complemento terapéutico para los actuales tratamientos de la ELA en los humanos, ya que los probióticos cuentan con la ventaja de tener pocos efectos secundarios.

Actualizado: 22 de diciembre de 2022

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