Si tienes más de 55 años y vas a comenzar a usar gafas, o necesitas renovarlas, debes tener en cuenta ciertos aspectos ópticos y estéticos. Estos consejos te ayudarán a elegir las más adecuadas para ti.
De la misma forma que existen diferentes tipos de materiales para las lentes oftalmológicas, las monturas que las protegen y recubren también pueden elaborarse con diversos materiales. En este sentido, la moda marca mucho las gafas para la tercera edad que encontramos en la óptica, ya que cada temporada se llevan de una forma y material, pero independientemente de lo que sea tendencia, debemos conocer qué opciones tenemos, y cuál se adecua a nuestras necesidades en cuanto a comodidad, resistencia y presupuesto:
Plástico y acetato: las monturas fabricadas con estos materiales no pasan desapercibidas porque son gruesas y se pueden diseñar con una gran gama de colores y formas. Son más apropiadas para adaptar lentes de alta graduación, pero no suelen ser muy demandadas por las personas mayores que buscan algo más de elegancia y discreción. Aún así, se pueden encontrar en colores más neutros.
Metal: son más ligeras y finas que las de plástico, pero tan resistentes y duraderas como las anteriores, aunque aparentemente no lo parezcan. Se suelen utilizar para gafas de baja y media graduación, como las que compensan la presbicia, de ahí que se encuentren entre las más demandadas por las personas que superan los 55 años.
Titanio: los deportistas conocerán este material porque es el que se suele utilizar para las gafas destinadas a la práctica deportiva, ya que son muy ligeras pero altamente resistentes; además, es un material apto para todo el mundo porque al no contener níquel es antialérgico. Es necesario hacer un mayor esfuerzo económico para adquirirlas, pero también suele ser una opción para las personas mayores que necesitan usarlas durante todo el día, y prefieren que sean duraderas y cómodas.
Fibra de carbono: también son muy resistentes y ligeras, pero presentan un punto débil, no son muy elásticas, por lo que no se recomiendan a los más activos, ni para las personas que han perdido destreza o son despistadas.
Doublé: para quienes quieren algo exclusivo existen monturas fabricadas con este material, considerado metal, el cual lleva una capa de oro que evita la formación de fisuras y poros, lo que impide que se oxiden. Es altamente resistente.
PUBLICIDAD
La forma de tu cara indica tu modelo de gafa
Como ocurre con la ropa, también hay modelos de gafas para la tercera edad que nos sientan mejor o peor dependiendo de nuestro físico, especialmente de la forma de nuestra cara. Aunque hasta que no nos las veamos puestas, no vamos a poder saber si realmente nos pegan y se adaptan a nuestros gustos estéticos, generalmente ciertos modelos son más adecuados para determinadas formas del rostro:
Ovalado: quien tiene esta forma de rostro está de suerte porque, según los expertos, le queda bien cualquier tipo de montura, ya que presenta medidas armoniosas y simétricas entre la parte superior e inferior del rostro. En este caso, habrá que prestar más atención a que el tamaño de las gafas sea acorde con el de la cara.
Redondo: se recomienda un tipo de gafas rectas para romper con la forma redonda de las mejillas. Si se busca estilizar el rostro, hay que optar por colores oscuros y monturas que se alarguen hasta la sien.
Cuadrado: en este caso son más adecuadas las monturas redondeadas, pero no confundir éstas con las que son totalmente redondas y que difícilmente sientan bien. En este caso, las gafas grandes también suelen quedar muy bien.
Triangular: para quienes tienen la parte de la cara superior bastante más ancha que la inferior, se deben evitar las gafas en las que presenta más relevancia la parte superior, como son las semi al aire.