Tomar lácteos altos en grasa reduce el riesgo de diabetes

El consumo de productos lácteos ricos en grasa –ocho o más porciones diarias– reduce un 23% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, en comparación con tomar una o menos porciones al día, según un nuevo estudio.
Hombre comiendo queso
Un estudio asocia el consumo de lácteos con menor riesgo de diabetes tipo 2

El consumo de productos lácteos ricos en grasa –ocho o más porciones diarias– reduce un 23% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, en comparación con tomar una o menos porciones al día, según revela un nuevo estudio que ha sido presentado en la última reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD).

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En la investigación, realizada por un equipo de científicos del Centro de Diabetes de la Universidad de Lund de Malmö (Suecia), participaron 26.930 personas (el 60% mujeres), con edades comprendidas entre los 45 y los 74 años, que fueron seguidos durante 14 años. A lo largo de este periodo se detectaron 2.860 casos de diabetes tipo 2, y se ajustaron los datos relativos a la edad, sexo, índice de masa corporal, tabaquismo, ingesta total de energía, actividad física, educación y consumo de alcohol.

Un consumo diario elevado de productos lácteos ricos en grasa (una media de ocho porciones al día) se asocia con una incidencia un 23% más baja de diabetes tipo 2

Los investigadores observaron que un consumo diario elevado de productos lácteos ricos en grasa (una media de ocho porciones al día) se relacionó con una incidencia un 23% más baja de diabetes tipo 2 cuando se comparaba con el consumo más bajo de estos alimentos (una media de una porción diaria). Sin embargo, no encontraron ninguna asociación entre la ingesta de lácteos bajos en grasa y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

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El consumo de carne, que en varios estudios ya se había relacionado con un incremento del riesgo de diabetes, también se asoció en la nueva investigación con un mayor riesgo de padecer esta enfermedad, independientemente del contenido de grasa, ha explicado Ulrika Ericsson, una de las autoras del trabajo.

Diversos estudios han mostrado también que las grasas alimentarias pueden afectar al metabolismo de la glucosa y la sensibilidad a la insulina y, según los expertos, sustituir las grasas saturadas por grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas puede favorecer la prevención de la diabetes tipo 2.

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Actualizado: 1 de agosto de 2017

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