Masaje perineal: para qué y cómo hacerlo
Ejercitar los músculos del periné durante el embarazo, mediante masajes específicos, puede evitar que el ginecólogo tenga que practicar una episiotomía en el parto. Aprende cómo hacer un masaje perineal.

Cómo se hace el masaje perineal

Carmen Moreno

Por: Carmen Moreno

Periodista especializada en Salud, Embarazo, Infancia y Tercera Edad

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

El masaje perineal puede hacerlo la embarazada o también su pareja. Algunas mujeres aseguran que les resulta complicado hacérselo ellas solas, y prefieren que sean sus parejas las que lo realicen. En cualquier caso, los preparativos son los mismos.

Los especialistas aconsejan que el masaje se haga tras la ducha, o aplicarse compresas templadas en la zona para que los músculos estén más relajados. También es conveniente vaciar la vejiga antes de comenzar.

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Las manos deben estar limpias y las uñas recortadas para evitar rasguños o heridas y posibles infecciones.

Para facilitar el movimiento, se puede emplear aceite de oliva, de almendras, o aceite de rosa mosqueta, lo más novedoso. A este producto se le atribuyen importantes y variados beneficios. En este caso, interesa la elasticidad que proporciona a los músculos, aunque también podrá usarse para cicatrizar la zona tras el parto.

La técnica para efectuar el masaje perineal difiere levemente en función de si se lo hace la embarazada o lo ejecuta su pareja; así, para la gestante será más sencillo utilizar el dedo pulgar, sin embargo, si lo hace otra persona, debe emplear el índice y el corazón.

Para el automasaje la gestante puede colocarse en la postura que considere más confortable, preferiblemente en cuclillas, semi sentada, tumbada y con la espalda apoyada en la pared, con una pierna levantada, etcétera. Si lo realiza la pareja, la mujer puede tumbarse con la espalda apoyada en la pared para estar más cómoda. Una vez en posición, se aplica un poco de aceite en los dedos que se vayan a utilizar y se comienza con la técnica.

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El masaje perineal en tres pasos

  • Masaje perineal 1

    Introduce los dedos en la vagina aproximadamente tres o cuatro centímetros. Presiona hacia abajo y muévelos hacia los lados en “U”, siguiendo la forma de la vejiga. Este movimiento debe ser firme pero delicado y se hará durante dos minutos. Con los dedos aún dentro, y situados en la zona central, deslízalos desde el fondo de la vagina hacia el exterior y viceversa, manteniendo una presión ligera durante otros dos minutos. Las mujeres suelen mencionar una sensación de quemazón o escozor. No te preocupes, es normal.

  • Masaje perineal 2

    Sitúa los dedos pulgar e índice en la entrada de la vagina en forma de horquilla y ejerce presión (sin frotar) hacia abajo durante dos minutos o hasta que te resulte molesto. Esta sensación es similar a la que sentirás cuando la cabeza de tu bebé esté presionando durante el parto.

  • Masaje perineal 3

    Con los dedos pulgar e índice, pinza el músculo de la entrada de la vagina y efectúa un movimiento de vaivén de un lado al otro para extender el tejido y la piel del periné durante dos o tres minutos. Mantén los dedos en la misma postura y haz estiramientos desde el interior hacia fuera, abarcando la zona inferior y lateral de la vagina y la piel del periné, durante dos minutos. Con estos movimientos contribuirás a que se relaje esta zona.

Al principio puede que te cueste un poco hacer estos masajes y que te resulte algo molesto, pero en unas semanas notarás que la zona está más flexible y esto aumentará tu seguridad durante el trabajo del parto.

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Las matronas aconsejan realizar el masaje perineal al menos tres veces por semana durante diez minutos. No obstante, si se hace todos los días resultará más eficaz.

Creado: 9 de diciembre de 2013

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