Síndrome braquicefálico en perros: síntomas y soluciones

El síndrome braquicefálico es un conjunto de síntomas respiratorios y digestivos causados por las particularidades anatómicas de ciertas razas de perro. Te contamos en qué consiste, a qué razas afecta, cómo se diagnostica y sus posibles soluciones.

Qué es el síndrome braquicefálico y a qué perros afecta

Síndrome braquicefálico en perros, problemas para respirar bien
María Bayón Piedrabuena, veterinaria

Por: María Bayón Piedrabuena

Veterinaria clínica de pequeños animales

Actualizado: 10 de octubre de 2022

Seguramente hayas oído hablar de este problema, común en algunas razas de perros –e incluso en algunos gatos–, que les lleva a tener unos característicos jadeos o ruidos respiratorios y a tener una mayor probabilidad de sufrir algunos problemas que van desde disnea, dificultad para hacer ejercicio e incluso molestias digestivas. El síndrome braquicefálico es propio de perros que presentan un hocico corto (‘braqui’ significa ‘corto’) al contrario que los perros mesocefálicos (‘hocico intermedio’) y dolicocefálicos (‘hocico alargado’).

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Debido a la selección genética, estos perros han desarrollado unos cambios anatómicas y fisiológicos muy particulares que, si son muy marcados, conducen a una gran resistencia al paso del aire al respirar, aumentando la presión en las vías respiratorias. Este incremento, mantenido en el tiempo, conlleva la aparición de cambios secundarios y síntomas característicos del síndrome braquicefálico de distinto grado como los comentados y otros que veremos a continuación.

Este síndrome abarca cambios en la anatomía y fisiología respiratoria y digestiva, pudiendo ser primarios o secundarios:

  • Cambios primarios: los más frecuentes son el paladar blando elongado (más largo y grueso) y la estenosis (estrechamiento) de orificios nasales; adicionalmente, pueden poseer cornetes nasales estrechos y engrosados, laringe débil y fláccida (laringomalacia), macroglosia (lengua gruesa), colapso laríngeo congénito (cierre de los cartílagos de la laringe, que provoca estrechez en la vía respiratoria), tonsilitis (inflamación de las amígdalas), hipoplasia de tráquea (es más pequeña de lo normal), esófago tortuoso, estómago con excesivos pliegues y hernia de hiato.
  • Cambios secundarios: inflamación y edema de laringe, eversión de ventrículos laríngeos y colapso laríngeo secundario.

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Qué perros tienen mayor predisposición a padecer síndrome braquicefálico

Las razas caninas predispuestas a padecer este síndrome son las braquicefálicas o de “morro chato”, principalmente:

En menor medida, también puede afectar a:

Síntomas del síndrome braquicefálico

Hay que saber que este síndrome puede afectar por igual a machos y hembras, si bien existe algún estudio que demuestra que se da más en machos. Se suele detectar tempranamente, antes de los 2 años de edad e incluso con menos de un año: en el caso del Carlino, se han descrito casos clínicos de colapso laríngeo con 6 meses y en el Bulldog Inglés se da con más frecuencia la hipoplasia traqueal congénita.

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Los animales que padecen el síndrome braquicefálico presentan modificaciones estructurales en el aparato respiratorio que producen un incremento de la presión inspiratoria, dificultando la entrada de aire en los pulmones y una buena oxigenación de los tejidos corporales. Cuando se mantiene en el tiempo, la vía aérea se irrita y empeora aún más el cuadro clínico por el estrechamiento adicional de la laringe y la tráquea.

Síntomas del síndrome braquicefálico en un perro

Además, ligados a las malformaciones congénitas respiratorias hay cambios en el aparato digestivo que producen inflamación. Estos son los síntomas del síndrome braquicefálico derivados de estos cambios que detectaremos en nuestro perro:

  • Disnea (dificultad respiratoria).
  • Ronquidos y ruidos al inspirar, tanto diurnos como nocturnos.
  • Intolerancia al ejercicio, especialmente en meses calurosos.
  • Hipertermia y golpe de calor.
  • Jadeo excesivo.
  • Regurgitación o vómito espumoso.
  • Cianosis (coloración azulada de mucosas por mala oxigenación).
  • Síncope y muerte, en los casos más graves.

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Diagnóstico del síndrome braquicefálico

Si nuestro perro presenta algún signo clínico de los mencionados y además es una raza predispuesta genéticamente, debemos acudir al veterinario para que compruebe que efectivamente estén relacionados con el síndrome braquicefálico y valore todos los cambios anatómicos y funcionales. En primer lugar, realizará una exploración general, comprobando color de mucosas, saturación de oxígeno en sangre, tamaño de los orificios nasales, presencia de ruidos respiratorios y tolerancia al esfuerzo.

Tratamiento del síndrome braquicefálico

Una analítica sanguínea puede revelar un exceso de producción de glóbulos rojos para compensar la falta de oxigenación, desequilibrios en gases arteriales y aumento de marcadores de inflamación.

Para comprobar los cambios anatómicos, será imprescindible visualizar bajo sedación, directamente o con ayuda de la endoscopia, el paladar blando y los cartílagos laríngeos, verificando la aparición de signos secundarios como el colapso laríngeo o la eversión de ventrículos laríngeos.

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En cuanto a pruebas de imagen, para descartar hipoplasia traqueal o hernia de hiato debe realizarse radiografías. La ecografía es útil para valorar anomalías anatómicas en el estómago y mediante TAC se pueden visualizar cambios en los cornetes nasales y medir con exactitud la longitud y espesor de los cartílagos laríngeos.

Tratamiento del síndrome braquicefálico: posibles soluciones

En los perros con este problema se puede optar por un tratamiento médico o por uno quirúrgico. Veamos ambos casos:

Tratamiento médico del Síndrome braquicefálico

En los perros que padecen el síndrome braquicefálico, el tratamiento médico está encaminado a paliar los síntomas relacionados, ya que solo mediante cirugía sería posible la curación. Para disminuir la inflamación de la laringe, nuestro veterinario prescribirá antiinflamatorios, normalmente corticosteroides por vía oral. En crisis de dificultad respiratoria, se usarán por vía sistémica y además requerirá aporte de oxígeno con mascarilla.

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En los casos de disnea grave, podría llegar a ser necesaria la sedación y la intubación del perro hasta controlar la situación.

En escasas ocasiones, como en el colapso laríngeo severo, puede realizarse una traqueostomía temporal para asegurar la entrada de aire. Los signos gastrointestinales, como el reflujo o los vómitos, se pueden controlar con el uso de antieméticos y antiácidos.

Tratamiento quirúrgico del Síndrome braquicefálico

La finalidad de la intervención quirúrgica es corregir definitivamente las anomalías anatómicas que estén dificultando la entrada de aire. Generalmente, el animal mejora su calidad de vida con la palatoplastia, que consiste en quitar el exceso de paladar blando que está obstruyendo la vía respiratoria y la rinoplastia, que se lleva a cabo para aumentar el tamaño de los orificios nasales.

Nariz de un bulldog francés con problemas del síndrome braquicefálico

Ambas técnicas resultan más eficaces y disminuye considerablemente el sangrado si se realizar con láser. Además, está demostrado que una vez resueltos los problemas respiratorios, se corrigen los digestivos.

A veces es necesaria una segunda intervención para retirar los sáculos laríngeos si están evertidos y remodelar los cartílagos en caso de colapso laríngeo. Los cornetes nasales engrosados pueden reducirse mediante el uso de láser de diodo.

Pronóstico y medidas de prevención del síndrome braquicefálico

El éxito y pronóstico de estos perros depende de la presencia de signos secundarios por irritación continua, como el colapso laríngeo, ya que si este es grave, solo podría solucionarse parcialmente. Por eso, es muy importante realizar la intervención quirúrgica cuando el perro es joven.

Podría decirse que no existe una manera de prevenir el síndrome braquicefálico, ya que es un trastorno ligado íntimamente a la genética de la razas braquicefálicas, si bien, hasta el momento de la intervención, debemos tomar medidas para evitar cuadros de disnea grave. Así, procuraremos evitar pasear o ejercitar en exceso a nuestro perro en las horas centrales del día, sobre todo en épocas de calor. El control de peso es beneficioso, pues la obesidad dificulta aun más la respiración. Una dieta baja en grasa y digestiva ayudará a controlar este problema y ayudará en buena parte a paliar los problemas digestivos.

Creado: 7 de octubre de 2022

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