La presión arterial alta acelera el envejecimiento del cerebro
13/07/2018
La hipertensión se ha asociado a numerosos problemas de salud, y los resultados de una investigación reciente advierten de que mantener unos altos niveles de presión arterial durante un tiempo prolongado puede tener graves consecuencias para el cerebro, y causar un deterioro de la memoria, la atención y la velocidad de procesamiento mental, además de incrementar el riesgo de sufrir algún tipo de demencia como el alzhéimer.
El objetivo del estudio, realizado por científicos del Rush Alzheimer's Disease Center at Rush University Medical Center de Chicago (EE.UU.), era encontrar los vínculos entre la tensión arterial elevada y sus efectos sobre la salud del cerebro en los adultos mayores. En concreto, si la hipertensión en edades avanzadas contribuía a la aparición de signos de envejecimiento cerebral, incluyendo las placas y ovillos asociados a la enfermedad de Alzheimer.
Los investigadores también evaluaron la posible presencia de infartos cerebrales, un tipo de lesión que se produce cuando la falta de riego sanguíneo a determinadas zonas provoca la muerte de los tejidos, un problema que puede aumentar con la edad, y que con frecuencia no se detecta y puede terminar por desencadenar un ictus.
Por cada desviación de la media de presión arterial sistólica aumentaban un 46% las probabilidades de tener al menos una lesión cerebral, que equivale a nueve años de envejecimiento cerebral
En el estudio participaron alrededor de 1.300 personas mayores a las que se siguió hasta su fallecimiento (una media de ocho años después del comienzo del trabajo). Dos terceras partes de los participantes tenían antecedentes de hipertensión, y el 87% de ellos tomaban fármacos antihipertensivos. Tras su muerte sus cerebros fueron analizados, y el 48% había sufrido uno o nás infartos cerebrales.
La hipertensión, factor de riesgo para el envejecimiento cerebral
Los resultados del estudio demostraron que existía una relación entre la hipertensión y la salud del cerebro, ya que por cada desviación estándar de la media de presión arterial sistólica aumentaban un 46% las probabilidades de presentar al menos una lesión cerebral, lo que equivale a alrededor de nueve años de envejecimiento cerebral. Un ejemplo que se puso en el estudio sobre desviación estándar de la media sería el caso de 147 mmHg comparado con 134 mmHg. Si la elevada era la presión diastólica, las consecuencias fueron similares, ya que una desviación estándar en esta medida provocó un incremento del 28% en el riesgo de desarrollar una o más lesiones en el cerebro.
Respecto al riesgo de alzhéimer, los científicos también encontraron una asociación entre los niveles elevados de presión arterial sistólica y una mayor cantidad de ovillos neurofibrilares. Sin embargo, las placas amiloides que también caracterizan a los cerebros afectados por alzhéimer no se relacionaron con la hipertensión en este estudio.
Los autores del trabajo han explicado que es necesario realizar nuevas investigaciones sobre esta asociación, porque las personas a las que estudiaron eran mayores y desconocen, por tanto, cómo habían fluctuado sus niveles de tensión arterial a lo largo de su vida, un dato que resultaría clave para comprender cómo afecta al envejecimiento del cerebro.
Además, han advertido de que las recomendaciones sobre los niveles adecuados de presión arterial deben ajustarse a características del individuo como la edad, ya que con el envejecimiento las arterias pierden elasticidad, por lo que rebajar ligeramente los niveles facilitaría el adecuado flujo sanguíneo.
Actualizado: 10 de septiembre de 2018