Precauciones si duermes con el bebé

Tomar precauciones puede evitar un accidente a la hora de practicar el colecho con el bebé.
Actualizado: 27 de mayo de 2025
¿Ya habéis tomado una decisión? Si finalmente habéis decidido colechar, debéis tomar una serie de medidas de precaución a la hora de dormir con vuestro con bebé con el fin de evitar sus posibles riesgos. Y es que, como decíamos, durante los primeros meses de vida, los bebés son especialmente vulnerables. Sus mecanismos de autorregulación respiratoria y de movilidad aún no están completamente desarrollados. El colecho mal practicado se ha asociado con un mayor riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) y asfixia accidental. Pero si se toman una serie de medidas, se puede reducir ese riesgo de manera significativa. Papis, tomar nota:
El bebé debe dormir siempre boca arriba, con la cara despejada, nunca de lado ni boca abajo. Es la postura más segura para prevenir el SMSL.
Durante los primeros meses conviene renunciar a almohadas, mantas gruesas, edredones o cualquier otra ropa de cama que sea excesivamente mullida: lo mejor son las sábanas y mantas de toda la vida. Tampoco debe haber cojines, peluches ni ropa suelta cerca del bebé.
Si la cabecera de la cama tiene barrotes, conviene forrarla temporalmente. El bebé no debe quedar atrapado entre el colchón y la pared, la cama o el cabecero. Idealmente, la cama debe estar pegada a la pared sin huecos o utilizar una cuna de colecho adosada a la cama.
Si el colecho es con ambos progenitores, el bebé debería dormir junto a la madre, que por lo general tiene un mayor nivel de percepción y conciencia del bebé durante el sueño, y no en medio de los dos adultos. Coloca una barrera segura o una protección lateral si el bebé duerme cerca del borde.
Un bebé no puede dormir junto a un adulto que haya tomado alcohol, drogas, somníferos o que esté extremadamente cansado por riesgo de aplastamiento. Todos estos factores aumentan el riesgo de que no se perciban los movimientos del bebé y se produzca un accidente.
Las personas con obesidad tienen más riesgo de causar daños a su bebé si duermen en la misma cama.
El colchón ha de ser firme y rígido: no mullido ni hundido, y nada de colchones de agua.
Es preferible dejar la puerta abierta para que el ambiente de la habitación no se vicie.
Nunca hay que dormir con un bebé en un sofá, tiene demasiados recovecos.
Jamás dormir con un fumador.
Si alguno de los padres tiene el pelo largo, lo mejor es que se lo recoja para dormir, pues puede causar estrangulamientos en el bebé.
Evitad los pijamas con lazos o cuerdas, incrementan el riesgo de ahogamiento.
En caso de que haya otro niño en la cama, la madre deberá dormir entre los dos para evitar aplastamientos. Pero lo ideal es evitarlo, los hermanos mayores, por muy cariñosos que sean, no tienen la capacidad de regular sus movimientos en el sueño y pueden ser un riesgo para el bebé.
Evita el colecho si el bebé es prematuro o de bajo peso al nacer. Estos bebés son más vulnerables al SMSL, por lo que en estos casos se recomienda que duerman en una cuna al lado de la cama de los padres (colecho en “sidecar”) durante los primeros meses.
El bebé debe estar colocado sobre el colchón y la sábana, no debe dormir sobre mantas, peluches o encima de los progenitores.
Hay que evitar excederse con la ropa de abrigo de los niños, ponle la misma que llevarías tú. La habitación debe estar a una temperatura adecuada (entre 20–22 °C), ya que el exceso de calor también es un factor de riesgo.
Creado: 24 de octubre de 2011