Síndrome de muerte súbita del lactante
La muerte súbita del lactante no presenta síntomas, se desconocen sus causas y ocurre de forma inesperada, pero algunas medidas, como acostar al niño boca arriba, han disminuido su incidencia. Conoce más.

Qué es el síndrome de muerte súbita del lactante

Por: Esther Martín

Estudiante de medicina de la Universidad de Alcalá de Henares

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

El síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) consiste en la muerte de un bebé menor de un año que ocurre repentina e inesperadamente, y que no puede ser explicada tras el estudio postmortem, que incluye la realización de una autopsia completa, la investigación del lugar de la muerte, y la revisión de la historia médica del niño.

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La autopsia es fundamental para comprobar que las causas de la muerte son naturales y excluir traumatismos debidos a malos tratos. Sin embargo, no es suficiente para distinguir la muerte súbita de la asfixia intencionada, por lo que es necesario recurrir a la valoración del lugar de la muerte y la historia médica completa del niño.

En los países occidentales, el síndrome de muerte súbita del lactante es la causa más frecuente de mortalidad en los bebés de entre uno y doce meses de edad, especialmente entre los dos y los cuatro meses, y afecta más a los niños que a las niñas.

Tras la campaña 'Dormir de espaldas' de 1994, se ha observado una disminución progresiva de la incidencia de este síndrome.

Bebé dormido

Diagnóstico de la muerte súbita del lactante

No existen hallazgos característicos ni se requiere ningún hallazgo concreto en la autopsia para diagnosticar este síndrome, que se establece por exclusión, cuando no se encuentra una razón que justifique la muerte del bebé.

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Sin embargo, se pueden observar algunos rasgos frecuentes. En más del 90% de los casos se encuentran hemorragias que pueden ser más extensas que en las muertes neonatales por otras causas. Puede observarse también edema pulmonar (encharcamiento de los pulmones). Suelen encontrarse datos que indican una asfixia crónica previa de baja intensidad en la mayoría de los casos, así como la persistencia de grasa parda (que se encuentra en los niños, y va desapareciendo a medida que crecen), o eritropoyesis hepática (producción de células sanguíneas por parte del hígado, típico de la etapa intrauterina) entre otras alteraciones estructurales.

Algunos estudios indican que un pequeño grupo de pacientes con síndrome de muerte súbita presentan un bajo desarrollo del núcleo arqueado, una región del cerebro responsable del control cardiorrespiratorio, y que interviene también en el control del despertar y otras funciones.

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Los lactantes fallecidos muestran en conjunto un retraso del crecimiento pre y postnatal, y se han encontrado moléculas que indican la existencia de un periodo relativamente prolongado de falta de oxígeno en los tejidos previo a la muerte.

Se han descrito también niveles bajos de ciertos neurotransmisores en el cerebro, implicados en el control respiratorio cerebral, de modo que su déficit provoca trastornos en el control cardiorrespiratorio de los niños afectados.

Algunos análisis moleculares postmortem han identificado mutaciones genéticas asociadas a trastornos cardiacos, por lo que algunas muertes podrían tener relación con una arritmia mortal.

A pesar de los numerosos estudios y autopsias realizadas a bebés fallecidos de forma súbita e inexplicable, de momento se desconoce la causa de este síndrome, aunque los especialistas estiman que más que a un único factor, estas muertes se deben a un conjunto de varios factores.

Creado: 28 de septiembre de 2011

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