Beneficios del ofuro para la salud y precauciones

El ofuro, la tradicional forma de baño japonesa, tiene una serie de beneficios para la salud que hacen de él una alternativa muy enriquecedora para mejorar el estado físico y mental.

Según afirma Paco Hernansanz, responsable de la casa rural Bigotes en Arlanzón (Burgos), donde se puede disfrutar del ofuro japonés: “el principal beneficio de este ritual nipón es la relajación muscular, pero también el efecto antiestrés, gracias a los efectos de la aromaterapia, debido a que al estar hecho de cedro desprende vapores muy agradables al olfato”.

Las principales ventajas del ofuro que aporta a quienes se sumergen en sus cálidas aguas son:

• Alivia el dolor muscular y articular. Es conocida la importancia del calor para evitar molestias, por eso se utilizan mantas eléctricas y bolsas de agua caliente con este objetivo. El efecto que provoca el ofuro es similar, pero no de manera localizada, lo que es especialmente agradecido por parte de personas que padecen dolores crónicos como la fibromialgia. Además, está indicado para quienes sufren artritis. También mejora la flexibilidad al relajar los ligamentos y reducir la sensibilidad de los nervios.
• Mejora la circulación sanguínea. El calor consigue que se dilaten los vasos sanguíneos. Esto además estimula ciertos procesos, como el de la digestión.
• Protege la salud cardiovascular: un estudio a largo plazo realizado por investigadores de Osaka siguió a 30.000 japoneses de mediana edad durante 20 años. Los resultados mostraron que las personas que se bañaban diariamente tenían un 30% menos de riesgo de sufrir enfermedades graves como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, en comparación con aquellos que se bañaban solo dos veces por semana o menos
• Ayuda a la recuperación física y a la potenciación del rendimiento físico. Una de las principales repercusiones de tener una mejor circulación sanguínea es que llega más oxígeno a los músculos, lo que supone un impulso extraordinario durante la práctica deportiva y, especialmente, en la recuperación.
• Facilita una mejor circulación de la linfa, que se complementa con una mayor activación del sistema inmunológico. Los baños calientes, al dilatar los vasos sanguíneos, aumentan el flujo de sangre, esto facilita la entrega de oxígeno y nutrientes a las células del cuerpo y la eliminación de desechos, lo que puede contribuir a una sensación general de bienestar y revitalización​ 
• Contribuye a tener un sueño más duradero y de mejor calidad según confirmó un estudio japonés con más de 600 participantes. Para conseguirlo, se aconseja realizarlo no más de 30 minutos antes de irse a dormir.
• Frena la aparición de discapacidad funcional: la alta frecuencia de baños en la bañera se asoció con una menor aparición de discapacidad funcional en una investigación que utilizó datos del Estudio de Evaluación Gerontológica de Japón de más de 13.000 personas. Por lo tanto, este tipo de ritual de sumergirse en una bañera podría ser beneficioso para la salud de las personas mayores.
• Limpia y exfolia la piel. Sumergir el cuerpo a 40˚C facilita la sudoración y consecuentemente la eliminación de toxinas. Los onsen que contienen ciertos minerales, como sílice y azufre, pueden mejorar la salud de la piel. Estos baños pueden suavizar la piel seca y áspera y ayudar en el tratamiento de afecciones como el eczema y la psoriasis​ 
• Consigue liberar la mente. En ese espacio de relajación, es fácil detenerse a meditar.

Advertencias sobre el ofuro

Por otro lado, el ofuro tiene una serie de contraindicaciones que se deben tener en cuenta antes de aventurarse a su práctica:

• El hecho de que provoque que se dilaten los vasos sanguíneos hace que pueda llegar a ser perjudicial para determinadas personas con problemas cardiovasculares.
• Puede ser contraproducente para quienes padecen problemas de presión arterial, sobre todo en el caso de los hipotensos, que pueden llegar a desmayarse durante el baño por una lipotimia provocada por una bajada de tensión.
• Aquellas personas que puedan experimentar cualquier tipo de ataque, como las que sufren epilepsia, deben evitar el ofuro, salvo que lo realicen acompañados de alguien que sepa cómo actuar en esas circunstancias.
• Otro grupo de personas para quienes está contraindicado el uso del ofuro es aquellas con enfermedades infecciosas; ya sean de la piel, como los hongos; víricas, como la gripe; o bacterianas, como la tuberculosis.
• Los individuos que tienen cicatrices recientes deberían abstenerse de practicarlo para evitar que la exposición al calor pueda provocar daños en ellas.

En cualquier caso, lo más importante en todas las situaciones que puedan despertar dudas antes de practicar ofuro es acudir a la consulta de un médico, que será quien analice los riesgos y proporcione la información precisa de manera individualizada.