Arteterapia, así cuida tu mente
Mediante diferentes expresiones artísticas como la pintura, la arteterapia explora el inconsciente de la persona, permitiendo que se exprese, encuentre una solución a sus problemas, y mejore su salud mental.

Beneficios psicológicos de la arteterapia

Laura Saiz

Por: Laura Saiz

Periodista especializada en deporte, belleza y bienestar

Actualizado: 29 de julio de 2022

Los beneficios de la arteterapia no se resumen únicamente en el resultado final de la terapia cuando el paciente puede mostrar su mundo interior, sino que también se aprecian durante el proceso, acompañado por la correcta orientación profesional para conseguir que la mente paulatinamente se focalice, tanto en el problema existente, como en su propia personalidad, miedos, o esperanzas, ya que de esta manera el individuo irá encontrando las soluciones a cada uno de sus males.

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“Las dificultades que surgen en la creación, el caos que se produce, la puesta en marcha de procesos primarios, generan en el paciente estados de desorganización que permiten, en un espacio seguro y de confianza como éste, buscar un orden personal, propio de cada cual, sobre el que poder pensar”. De esta manera se resume en la revista Inspira, publicada por la Asociación Profesional Española de Arteterapeutas, el punto de partida para entender los posibles beneficios de esta técnica.

Los expertos en arteterapia aseguran que algunos de los beneficios centrados en el bienestar físico y psicológico que proporciona este método podrían ser:

  • Ayuda a superar trastornos. Si bien no es necesario tener ninguna patología para someterse a este tipo de terapia, muchos de los pacientes la utilizan para tratar miedos, traumas de la infancia que habían escondido en lo más profundo de su ser, o diferentes complejos físicos.
  • Mejora la capacidad comunicativa, tanto de manera introspectiva, como la verbalización hacia los demás. Durante el proceso artístico el paciente progresivamente aprende a organizar sus pensamientos, y los canaliza desde la reflexión mediante la palabra. Además, un buen arteterapeuta podrá conseguir que externalice todo ese mundo interior de manera cada vez más fluida y precisa, al trabajar durante la creación y con el resultado final. Por otro lado, quien trabaja esta terapia de manera grupal sale favorecido de las propias interacciones, mejorando la expresión oral y las habilidades sociales –no gritar, respetar el turno de palabra, no interrumpir…–.
  • Aumenta la creatividad. Para practicar arteterapia no hace falta ser un Dalí, un Picasso o un Van Gogh, ni siquiera es necesario saber dibujar ni tener una fértil imaginación. Al abstraerse para crear, el inconsciente del cerebro fluirá libremente y sacará a la luz mundos ocultos de cada persona, de manera cada vez mejor gracias a la práctica.
  • Potencia una autoestima positiva y un autoconcepto ajustado. Mediante esta terapia se consigue conocerse a uno mismo mucho mejor –las potencialidades y limitaciones– otorgando a cada persona una visión más real de sí misma. Conocerse y saber en qué se destaca repercute directamente en el estado de ánimo, al centrarse más en esos aspectos que también aportan seguridad personal.
  • Reduce la ansiedad y el estrés. Sacar del interior de cada persona, a través de un método relajante y lúdico como el arte, todo lo que la angustia, hace que estos problemas puedan ser tratados y orientados a encontrar una solución.
  • Proporciona herramientas para la resolución de problemas. La arteterapia como aprendizaje de uno mismo, no se queda únicamente en saber cómo se es, también se van adquiriendo mecanismos internos y hábitos para afrontar los problemas del día a día de manera más rápida y pragmática.
  • Favorece el crecimiento y consolidación de la inteligencia emocional del paciente. Uno de los principios básicos por los que se pasa a la hora de crear es externalizar las emociones, para poder identificarlas y aprender a manejarlas de la manera más saludable posible.
  • Clara mejora en la concentración y en la capacidad de atención. Cuando se esté realizando cualquier expresión artística se debe estar concentrado en ello para poder abstraerse y crear algo que salga de lo más profundo de cada persona. Además, algunos terapeutas apuestan por otro tipo de arte, como la escultura o la creación de marionetas –más habitual cuando se trabaja con niños–, que requieren una atención mayor que el dibujo para aprender la técnica básica.
  • Incentiva la motricidad del paciente, el equilibrio y la coordinación oculo-manual. El trabajo que se realiza a través de otras formas de arte, como puede ser el teatro, supone un movimiento y unos ejercicios que mejorarán las capacidades básicas del sujeto. Además, el trabajo con el pincel o con las propias manos repercute en la motricidad fina y en la coordinación entre los ojos y los dedos.
  • Facilita unas sanas relaciones interpersonales. Desde una mayor paz individual se es capaz de influir en el entorno positivamente, generando dinámicas con amigos, familia, o compañeros de clase o trabajo, más adecuadas y fructíferas, donde se mejore el clima general.

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Creado: 6 de abril de 2018

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