¿Se te acaban las ideas de qué meterles a tus hijos en la mochila para el recreo o cómo rellenar sus bocadillos para la merienda? Aquí tienes unas cuantas de lo más sencillas, divertidas y saludables.
Cómo deben ser los almuerzos y meriendas de los niños
Dietista-Nutricionista, Complejo Hospitalario de Navarra
Actualizado: 5 de septiembre de 2022
En todas las etapas de la vida se recomienda que la alimentación sea fraccionada, es decir, hacer varias ingestas y no demasiado copiosas. Por eso el almuerzo o tentempié de media mañana y la merienda deberían ser también hábitos fijos en los niños, ya que los beneficios son muchos y variados y existe un consenso científico acerca de este hecho.
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Está estipulado que estas tomas supongan, aproximadamente, entre el 5-10% del total de calorías que ingerimos en todo el día. ¿Qué significa esto? Que si un niño debería tomar según sus circunstancias personales unas 1.500 kcal/día, en el almuerzo y la merienda sería recomendable ingerir entre 75 o 150 kcal.
Características de almuerzos y meriendas
La ingesta de los niños se suele caracterizar por hacer comidas no muy extensas y referir tener hambre de nuevo en un tiempo menor al de los adultos. Su aparato digestivo, al igual que el resto de su organismo, es de menor tamaño y su capacidad digestiva puede estar algo disminuida en relación con edades superiores. Estas circunstancias explican la gran importancia de estas comidas intermedias que han de cumplir unas características determinadas:
Deben estar incluidas dentro de un plan de alimentación saludable general. Esto implica que, si durante el resto del día el niño no va a tomar las tres piezas de fruta recomendadas, se proponga como almuerzo o merienda algo de fruta o una preparación que incluya este grupo. Así se tienen en cuenta los alimentos que toma durante toda la jornada.
No deben tomarse demasiado cercana en el tiempo de otras tomas principales como desayuno, comida o cena, ya que eso puede forzar ingestas desequilibradas al restar hambre de la siguiente o tomar menos de la anterior si el niño sabe que, dentro de poco tiempo, comerá otra cosa.
Los almuerzos y meriendas deben ser complementarias y variadas. Si el peque almuerza un alimento de un grupo, estaría bien que merendase de otro grupo diferente. Además, debería ir variando a lo largo de la semana y alternando grupos de alimentos.
Los almuerzos y meriendas no deben resultar excesivamente copiosas. Consiste en hacer una toma frugal, no una comida completa.
Deben adaptarse al horario, momento y lugar de su ingesta. No es igual que tu hijo tenga que almorzar ese día en el colegio, donde se optará por preparaciones fáciles de transportar y comer y que no se caigan mientras el niño juega en el recreo, que una merienda en casa donde la realiza sentado y tranquilo. Asimismo, según el momento se podrán usar alimentos que necesitan frío para su conservación, si el pequeño los toma al poco tiempo, o habrá que optar por productos de otro tipo si la conservación no es buena.
Han de resultar nutritivas, pero también agradables y divertidas. Usando alimentos saludables con alto valor nutritivo, huyendo de las modas que imponen patrones poco recomendables, etcétera. La imaginación es el único límite que poner a estas preparaciones, que no te asuste inventar combinaciones diferentes.
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Los básicos del almuerzo y la merienda infantil
Como ingrediente básico de almuerzos y meriendas podemos incluir: fruta, cereales o lácteos. Estos alimentos pueden presentarse solos o acompañados de otros complementarios: hortaliza, carne, huevo, pescado, grasa, azúcar, etcétera.
Las combinaciones son infinitas, a continuación solo vamos a plasmar algunas ideas prácticas, sencillas y divertidas para ayudarte a elaborarlas.