El tabaquismo pasivo afecta al desarrollo cognitivo del feto

Un estudio demuestra que, aunque la mujer embarazada no fume, si esta se encuentra en un ambiente con humo, la nicotina puede pasar igualmente al torrente sanguíneo y afectar al desarrollo cognitivo del feto.
Embarazada fumadora pasiva

Si estás embarazada evita cualquier contacto con el humo del tabaco.

Las mujeres embarazadas que no fuman, pero que están expuestas a ambientes con humo, no solo sufren los efectos del tabaquismo pasivo, si no que este también perjudica al feto. Así lo ha demostrado recientemente investigadoras del grupo NUTRISAM-Nutrición y Salud Mental de los departamentos de Psicología y Ciencias Médicas Básicas de la Universitat Rovira i Virgili (URV), en Tarragona.

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Concretamente, el estudio concluye que el tabaquismo pasivo afecta al desarrollo cognitivo de los bebés de manera parecida a lo que lo haría el tabaquismo activo. Se ha visto que, aunque la futura madre no fume, si esta se encuentra en un ambiente con humo, la nicotina puede pasar igualmente al torrente sanguíneo de la embarazada, atravesar la placenta y afectar, por tanto, el sistema nervioso central del feto.

Los bebés de madres fumadoras o fumadoras pasivas, presentaban durante las primeras 48 horas de vida mayor tensión muscular, irritabilidad o excitación

La investigación analizó a 158 mujeres y a sus respectivos hijos durante diferentes etapas. Durante el embarazo, las gestantes se sometieron cada trimestre a cuestionarios donde se les preguntaba acerca de su hábito tabáquico (tanto activo como pasivo) u otras drogas. Al nacer cada bebé, las especialistas observaban su comportamiento durante las primeras 48 horas de vida y, finalmente, se realizó un seguimiento del desarrollo cognitivo de los pequeños a los 6 meses de vida, al cumplir el año, y a los 30 meses.

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Los resultados no dejaron indiferente a nadie. Se vio que, aquellos recién nacidos de mamás fumadoras o fumadoras pasivas presentaban durante los primeros dos días de vida mayor tensión muscular, irritabilidad o excitación que los bebés de madres que no fumaban o que habían dejado el tabaco al inicio del embarazo. Unos síntomas que, según las especialistas, podrían ser causa de tener el sistema nervioso central más inmaduro.

Asimismo, a los 6, 12 y 30 meses de vida también se vieron diferencias cognitivas entre niños de madres fumadoras o fumadoras pasivas y bebés de madres libres de tabaco. Concretamente, los menores de madres relacionadas con el tabaco (ya fueran fumadoras activas o pasivas) presentaron un peor desarrollo del lenguaje. A los 6 meses y al año de vida les resultaba más difícil repetir sonidos o decir las primeras palabras y a los dos años y medio (30 meses) mostraban mayor dificultad en el lenguaje expresivo y receptivo.

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Además de demostrar que el tabaco pasivo también afecta al desarrollo del feto, este estudio también ha mostrado los beneficios que tiene abandonar el hábito tabáquico al inicio del embarazo. Y es que en la investigación se vio que, los bebés cuyas madres dejaron el tabaco durante el primer trimestre del embarazo, presentaron capacidades psicosociales y cognitivas similares a los niños de mamás no fumadoras o que habían dejado de fumar antes de quedarse embarazadas.

Actualizado: 6 de octubre de 2017

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