El acoso escolar puede dejar secuelas a largo plazo

El ‘bullying’ o acoso escolar, además de deteriorar la salud física y mental de la víctima en el momento de sufrir el maltrato, puede dejar secuelas que le marquen durante toda su vida, según revela un nuevo estudio.
El acoso escolar puede dejar secuelas a largo plazo
Niño sufriendo acoso en el colegio

El bullying o acoso escolar puede tener un grave impacto psicológico en la víctima y dejar secuelas que le marquen durante toda su vida adulta, según afirman investigadores del Hospital Infantil de Boston (Estados Unidos), tras realizar un estudio sobre este problema que se ha publicado en la revista Pediatrics.

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La investigación ha evaluado las consecuencias que tiene este tipo de maltrato físico o psicológico a largo plazo, demostrando que sus efectos negativos sobre la víctima son acumulativos y pueden empeorar con el paso del tiempo, agravando el deterioro de la salud, tanto física como mental, que sufren las víctimas del acoso.

Para realizar el estudio se encuestó a 4.297 escolares de entre 10 y 16 años de edad, un tercio de los cuales estaban siendo en ese momento sometidos a algún tipo de acoso en el ámbito escolar, o lo habían sufrido con anterioridad. Se evaluaron también las habilidades físicas y mentales de los participantes.

En las pruebas de salud mental casi el 45% de los chicos que habían sufrido agresiones reiteradas obtuvieron bajas puntuaciones, frente al 7% de los que nunca sufrieron ningún tipo de acoso escolar

Los investigadores observaron que aquellos que habían sido víctimas de acoso escolar en algún momento de su infancia o adolescencia tenían mejores puntuaciones en las pruebas que los que estaban siendo maltratados en la actualidad, pero sus resultados seguían siendo peores que los de los estudiantes que nunca habían sufrido bullying.

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En las pruebas de salud mental, por ejemplo, casi el 45% de los chicos que habían sufrido agresiones reiteradas obtuvieron bajas puntuaciones, frente al 31% de los que estaban siendo acosados en la actualidad, el 12% de los que habían padecido este problema en el pasado, y el 7% de los que nunca sufrieron ningún tipo de acoso.

Los autores del trabajo explican que las consecuencias del bullying no siempre son fáciles de detectar, y aconsejan a los padres que estén atentos ante cualquier signo que indique que su hijo pueda estar sufriendo este problema, porque un diagnóstico precoz y un seguimiento a largo plazo del menor son claves para prevenir la aparición de trastornos en la edad adulta.

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Actualizado: 25 de abril de 2017

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