Las leches de continuación, mejor hasta los 24 meses

Los expertos aconsejan prolongar la lactancia materna y, a partir de los seis meses de edad, y hasta los 24 meses, recomiendan incluir leches de continuación en la dieta del bebé, como base de una alimentación variada.
Niño pequeño tomándose un biberón
La leche de continuación está adaptada al organismo de los bebés a partir de los seis meses

Los expertos de la Asociación Española de Pediatría (AEPED) aconsejan prolongar el máximo posible la lactancia materna y que a partir de los seis meses de edad, y hasta los 24 meses, los niños consuman lácteos frescos infantiles con leches de continuación, como base de una alimentación variada, y se retrase la introducción de la leche de vaca hasta después de que el niño cumpla dos años.

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La leche de continuación es un tipo de leche, elaborada a partir de leche de vaca, pero adaptada al organismo de los lactantes a partir de los seis meses de edad, que les aporta nutrientes y la cantidad de proteínas que necesitan y están preparados para asimilar, y que podrían estar presentes en cantidades insuficientes en los alimentos que habitualmente consumen en esta etapa.

La Dra. Rosa Mª Ortega, catedrática de Nutrición y Bromatología de la Universidad Complutense de Madrid, explica que los nutrientes que proporcionan las leches de continuación, especialmente su aporte en calcio, que beneficia la salud de huesos y dientes, y los ácidos grasos poliinsaturados, que contribuyen al desarrollo del sistema nervioso central, son muy apropiados para los niños en este periodo de su desarrollo.

La leche de continuación es un tipo de leche adaptada al organismo de los lactantes a partir de los seis meses de edad, que les aporta nutrientes y la cantidad de proteínas que necesitan y están preparados para asimilar

Estos lácteos también contienen hierro –que ayuda a evitar las anemias–, y vitaminas A, B, D, E y K –que favorecen el crecimiento, así como la absorción de hierro y calcio– y oligoelementos como el cinc, que colabora en la formación de los huesos, y mejora la respuesta inmunitaria y la tolerancia a la glucosa.

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Las leches de continuación pueden adquirirse en polvo, líquidas o semi sólidas, o como un lácteo fresco infantil, e incluso se pueden combinar las diferentes texturas para alcanzar la ingesta diaria recomendada, que son 500 ml de leche, introduciéndolos en el postre, la merienda, o en las tomas de media mañana o tras la cena. Los lácteos frescos infantiles son muy bien digeridos por el organismo del pequeño, y ayudan al bebé a familiarizarse con unos hábitos alimenticios adecuados.

Fuente: Programa NUSA

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Actualizado: 25 de abril de 2017

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