Rinoplastia, mejora de la nariz
La rinoplastia se ha convertido en una de las intervenciones plásticas más demandas por aquellos que han sufrido un traumatismo, tengan dificultades para respirar o busquen una mejora estética del perfil de la cara.

Cómo se realiza una rinoplastia

Por: Dr. Antoni Arcas

Cirujano Maxilofacial, Responsable del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial Dexeus Barcelona

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Si te van a realizar una rinoplastia debes saber que requerirá tu ingreso hospitalario durante un día. Normalmente se lleva a cabo bajo anestesia general o como mínimo anestesia localizada en la zona y sedación. Puedes estar tranquilo, ya que se trata de una intervención con muchos años de recorrido, y las nuevos técnicas utilizadas, mínimamente invasivas, permiten que el posoperatorio sea más llevadero, reduciendo el posible dolor, al tiempo que minimizan la aparición de edemas y hematomas. De hecho podrás incorporarte de nuevo a tu rutina habitual en tan solo siete días.

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El objetivo del cirujano debe ser lograr que el resultado sea natural, integrado en el rostro e individualizado para cada paciente. Para ello, en la primera visita a la consulta es fundamental el papel de los programas informáticos de predicción, que ayudan tanto al especialista como al propio paciente a visualizar el resultado final, con una precisión muy alta. Es en ese momento cuando se deja muy claro al paciente que el resultado debe ser individualizado: cada persona debe tener una nariz con personalidad propia, sabiendo los cambios que la intervención ejercerá sobre la forma de su nariz y teniendo presentes los condicionantes como el resto de su fisionomía, las características de su piel… No se trata de seguir un modelo, ni que todos los pacientes salgan de la intervención con “la misma nariz”.

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El paciente recibe anestesia local o bien general. Esto se decide en función de la complejidad de la intervención y de otros factores como el estado general del paciente, su predisposición ante la operación, etcétera. En todo caso, cabe recalcar que durante la rinoplastia el paciente no siente ningún tipo de dolor.

Cómo se realiza una rinoplastia

En cuanto a la técnica, existen dos grandes tipos de rinoplastia: abierta o cerrada. En la primera, se realiza una mínima incisión en la parte de la piel ubicada entre la punta y la base de la nariz; se separa de la estructura ósea y una vez realizada la intervención se vuelve a colocar realizando una pequeña sutura. La marca resulta imperceptible. En el segundo tipo, la cerrada, la intervención se realiza dentro de las propias fosas nasales, sin ninguna huella de la operación.

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Objetivos buscados al realizar una rinoplastia

Los cambios estéticos determinan la propia rinoplastia. En algunos casos el objetivo es acabar con la curva de la nariz (las llamadas ‘narices aguileñas’). En este caso la función principal, a través de un instrumental específico, no es otra que la de limar el hueso para reducir esa curva.

En otros casos el problema estético se encuentra en la anchura de la nariz. Cuando lo que se pretende es afinarla, se debe trabajar sobre los huesos de la nariz, que primero se quiebran para a posteriori ser reconstruidos, logrando una estructura más estrecha.

El último paso de una intervención de rinoplastia consiste en colocar una férula para proteger la nariz y asegurar la sujeción de la nueva estructura tras la intervención. En pocos días los huesos se soldarán y se podrá retirar. Es común acompañar la férula de otros elementos como gasas o algodones para reducir el sangrado y ayudar en esta fase de estabilización.

Creado: 3 de octubre de 2014

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