Cómo identificar si sufres miedo al trabajo

Las tensiones musculares, cefaleas y molestias en el estómago son un síntoma de la ergofobia.
Quizá todos en algún momento hayamos experimentado una desgana previa a iniciar nuestra jornada laboral, o inlcuso una desazón inquietante, sobre todo en nuestros inicios profesionales o al iniciar un nuevo trabajo, cuando nos sentimos más inseguros de nuestras capacidades, o bien por el hecjo de tener que desempeñar un empleo que no es lo ue habíamos imaginado o lo que nos llena. Sin embargo, las personas que sufren ergofobia manifiestan unos síntomas característicos asociados a su miedo a ir al trabajo, sobre todo un estado de ansiedad que se alarga en el tiempo. Veamos con más detalle cuáles son estos síntomas de la ergofobia:
Para evitar todos estos síntomas de la ergofobia, el afectado puede reaccionar dejando de ir al trabajo (por ejemplo, solicita la baja laboral de manera reiterada), escapando de él en cuanto le es posible (por ejemplo, alega que se encuentra mal para marcharse a casa), o realizando pseudoescapes, de forma que cada vez se implica menos en las tareas que le corresponden, o asume el menor número posible de responsabilidades, por lo que su rendimiento laboral disminuye significativamente. Por lo tanto, las respuestas de escape o evitación del lugar de trabajo son las respuestas motoras más frecuentes desencadenadas por los niveles elevados de ansiedad.
Criterios diagnósticos de la ergofobia
Para detectar la ergofobia o el miedo al trabajo basta con unas sesiones de entrevista psicoterapéutica realizadas por un especialista, acompañadas de las pruebas que este estime pertinentes, generalmente medidas de autoinforme (test o autorregistros donde el paciente anota los niveles de ansiedad antes, durante, y después del trabajo, así como las circunstancias que desencadenan dicho malestar).
Para hacer un diagnóstico deben tenerse en cuenta los siguientes criterios, que son los mismos que para cualquier fobia especifica de tipo ambiental pero, en este caso, especificados al lugar de trabajo:
- Temor intenso y persistente, que resulta excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de la obligación de ir a trabajar.
- El hecho de tener que acudir al trabajo provoca una respuesta inmediata de ansiedad, que puede llegar a convertirse en una crisis de pánico.
- La persona reconoce que este miedo es irracional o excesivo.
- Evita ir al trabajo, o lo soporta a costa de unos elevados niveles de ansiedad.
- El malestar soportado por el paciente, así como los comportamientos de evitación del trabajo, provocan una interferencia significativa en su vida diaria.
- Los síntomas anteriores no se explican por la presencia de un trastorno mental como el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de estrés postraumático, la fobia social, o el trastorno de angustia.
Actualizado: 21 de Septiembre de 2017