Vinculan comer patatas fritas y otras frituras a depresión y ansiedad

El consumo frecuente de alimentos fritos, como las patatas, podría aumentar los niveles de ansiedad y los síntomas depresivos entre un 7% y un 12%, debido a la exposición a la acrilamida, un tóxico que se genera durante la fritura.
Chica comiendo patatas fritas compulsivamente

28/04/2023

Las personas que toman alimentos fritos con mucha frecuencia pueden tener más probabilidades de experimentar síntomas de ansiedad o de depresión, según ha descubierto un grupo de científicos expertos en alimentación de la Universidad de Zhejiang, en China, que analizaron datos de 140.728 individuos y comprobaron que estos síntomas se incrementaron entre un 7% y un 12% en aquellos individuos que afirmaron haber consumido este tipo de alimentos y que el mayor riesgo parecía estar asociado a comer patatas fritas. Los hallazgos se han publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.

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Los investigadores han explicado que en estudios previos se había encontrado una relación entre el tipo de dieta occidental y los problemas de salud mental y decidieron averiguar si al menos parte de esta evidencia se podía atribuir a la ingesta habitual de frituras. Para ello, compararon las tasas de ansiedad y depresión con pautas alimentarias que incluyen un consumo frecuente de alimentos fritos.

Acrilamida, un contaminante presente en las frituras

Al investigar las razones por las que comer alimentos fritos podía aumentar las posibilidades de sufrir trastornos mentales encontraron que la exposición continuada a la acrilamida –una sustancia tóxica que se genera cuando se fríen alimentos– induce conductas ansiosas y depresivas “a través de la neuroinflamación mediada por el estrés oxidativo”.

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Estos científicos probaron los efectos de la acrilamida en el pez cebra y descubrieron que su interés por explorar nuevos territorios disminuía y que también se reducía su sociabilidad, signos de escototaxis y tigmotaxis, que son comportamientos de los peces que se consideran similares a la ansiedad y la depresión en los humanos. También encontraron que el consumo de acrilamida reducía la expresión de tjp2a, que se ha descubierto que interviene en la permeabilidad de la barrera hematoencefálica.

Los investigadores han advertido, sin embargo, que es necesario continuar investigando para confirmar si el consumo frecuente de alimentos fritos puede afectar negativamente a la salud mental porque admiten que es posible que las personas que han participado en el estudio comieran más fritos precisamente por padecer ansiedad o depresión. 

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Actualizado: 4 de mayo de 2023

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