La música ayuda al desarrollo cerebral de los bebés muy prematuros

Exponer a los bebés muy prematuros a música especialmente compuesta para ellos refuerza el desarrollo de sus redes cerebrales y podría limitar los frecuentes retrasos del desarrollo neurológico que sufren estos niños.
La música ayuda al desarrollo cerebral de los prematuros

29/05/2019

Aunque los bebés prematuros, aquellos que nacen antes de la 37ª semana de gestación, tienen hoy muchas posibilidades de sobrevivir, a menudo, al crecer, presentan problemas en su neurodesarrollo, dificultades para el aprendizaje y déficit de atención. Más aún si son muy prematuros, es decir, los nacidos antes de la semana 32. Estos trastornos aparecen porque cuando nacen su cerebro no está formado (de hecho, es un órgano que tarda mucho en madurar) y debe construir fuera del útero materno, y sin los estímulos que reciben en él, las conexiones neuronales y la mielinización (proceso por el cual las neuronas se cubren de mielina, una grasa hace que los mensajes lleguen más rápidos). La Universidad de Ginebra (Suiza), junto con los Hospitales Universitarios de Ginebra (HUG), ha realizado un experimento con muy buenos resultados para favorecer ese desarrollo neuronal: ponerles música expresamente compuesta para estos niños.

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Los investigadores comprobaron con técnicas de imagen que las conexiones neuronales de los bebés nacidos entre las 24 y 32 semanas de embarazo –es decir, casi cuatro meses antes de lo previsto para algunos de ellos– que habían escuchado esta música se desarrollaban mucho mejor, sobre todo la zona que afecta a las funciones sensoriales y cognitivas. Los resultados se han publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Los bebés que nacen prematuros deben pasar un tiempo ingresados en Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN). Aunque se intenta que sean lugares silenciosos (como lo es el interior del útero materno), suele haber estímulos como ruidos (alarmas, puertas…) y luces para los que el sistema sensorial de estos pequeños no está preparado.

Los déficits neuronales de los bebés prematuros se deben en parte a estímulos inesperados y estresantes mientras están en Cuidados Intensivos, así como a la falta de estímulos adaptados a su condición

Como, según los investigadores suizos, el menor desarrollo neuronal de los bebés pretérmino se debe en parte a esas percepciones tan estresantes mientras están en la incubadora, y a la falta de estímulos sensoriales adecuados para su inmadura fisiología cerebral, se les ocurrió ofrecer otro tipo de estímulos a los prematuros, pero adaptados a ese menor número de neuronas y de conexiones entre ellas. Pensaron que la música, dado que el oído es uno de los sentidos que antes empiezan a funcionar, podía ser la mejor forma de ayudarles.

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Para su objetivo, pidieron al compositor musical Andreas Vollenweider que compusiera para estos pequeños unas canciones específicas para cuando están despiertos, otra para dormir y una tercera para interactuar con ellos, de ocho minutos cada una. Los instrumentos elegidos para interpretarlas fueron el arpa, las campanas y el punji (la flauta procedente de la India que suele aparecer en las escenas de encantadores de serpientes), dado que observaron que su sonido era el que más les calmaba y les permitía centrarse en la música.

Las canciones reforzaron las conexiones neuronales de los prematuros

El estudio se realizó con dos grupos de bebés prematuros, unos que escucharon música y otros que no, y un tercer grupo de control de bebés nacidos a término para comparar el desarrollo cerebral de los prematuros que habían escuchado la música. Con técnicas de imagen, los investigadores comprobaron que los niños que no habían escuchado esta música las conexiones neuronales eran menores, especialmente en la zona que se relaciona con la atención, el aprendizaje… En cambio, los niños que habían escuchado las composiciones de Vollenweider tenían una red neuronal más desarrollada.

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Además, en ellos se incrementaron las conexiones entre la red cerebral de prominencia (es aquella que permite discernir la importancia de los estímulos) y las redes auditivas, sensoriomotoras, frontal, tálamo y el precúneo (una parte del cerebro que permite relacionar la información exterior con la de los sentidos). Tanto, que la organización de las redes neuronales era muy similar a la de los bebés nacidos a término. Quizás porque oír las tres canciones les permitió centrase en su ritmo fisiológico, de manera muy similar a la sintonía que tiene el feto con el de su madre. En cambio, los bebés prematuros que no escucharon esa música especial no vinculaban un estímulo, como el pitido de una alarma, con un contexto fisiológico específico.

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Los primeros niños que escucharon esta música personalizada hoy tienen 6 años, que es normalmente la edad en la que algunos de los problemas cognitivos empiezan a ser evidentes. Por eso los investigadores tienen previsto realizar en ellos una evaluación cognitiva y socioemocional para comprobar si los efectos positivos se han mantenido en el tiempo.

Actualizado: 30 de mayo de 2019

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