Cambios y síntomas en la perra con embarazo psicológico
Veterinaria clínica de pequeños animales
Actualizado: 29 de julio de 2022
Tal vez te preguntes cómo puedes identificar si tu mascota está sufriendo este problema. Pues bien, el incremento de tamaño de las glándulas mamarias, normalmente acompañado de una secreción acuosa o láctea, es uno de los signos clínicos más frecuentes que podemos reconocer en una perrita con embarazo psicológico. Esta inflamación puede ser molesta para el animal y en ocasiones intentan morderse o lamerse.
Además, el abdomen puede estar hinchado. En algunas hembras con gestación psicológica se aprecian también trastornos gastrointestinales, como vómito o diarrea.
En cuanto a los cambios de comportamiento, la mayoría desarrolla una actitud maternal, preparando nidos en algún lugar de la casa para la ficticia llegada del parto e incluso adoptan objetos como peluches, juguetes o zapatillas, simulando que son sus cachorros.
Algunas perras se muestran apáticas y deprimidas, perdiendo las ganas de jugar y disminuyendo su actividad física. Puede que incluso no deseen salir a pasear con tanta energía. A veces, llegan a mostrar agresividad defensiva frente a personas o animales que se acerquen a ella o a sus cachorros.
En ocasiones, se produce secundariamente una infección de las glándulas mamarias conocida como mastitis, caracterizada por una secreción mucho más densa que la láctea e incluso sanguinolenta y con posible fiebre.
Diagnóstico de la gestación psicológica en la perra
Las modificaciones físicas y conductuales y el momento de aparición (aproximadamente dos meses tras el último celo) suelen bastar para reconocer a una perra con gestación psicológica. Si sospechamos que pueda estar embarazada de verdad, se puede realizar una ecografía abdominal a partir de los 18 días tras la monta o una radiografía simple la última semana antes de la fecha prevista del parto (este ocurre tras aproximadamente 63 días de gestación).
Creado: 2 de octubre de 2015