Hacer descansos mientras se está estudiando favorece la memoria

El efecto de espaciado, que consiste en tomarse descansos durante el aprendizaje o el estudio, ayuda a la memoria, haciendo que las cosas se recuerden mejor y por más tiempo, así lo ha demostrado un estudio hecho en ratones.
Estudiar con descansos mejora la memoria

03/08/2021

Pasarse horas y horas seguidas estudiando o intentando memorizar algo podría no ser tan eficaz como empollar incluyendo descansos entre medias. Y es que, un nuevo estudio, realizado por investigadores de la Sociedad Max-Planck (Alemania), ha descubierto que las conexiones neuronales son más fuertes cuando se realiza este efecto espaciado en el aprendizaje.

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La investigación, llevada a cabo en pruebas en ratones, quería conocer qué es lo que pasa en el cerebro cuando se hacen pausas durante el aprendizaje y cómo esto interfiere en la memoria futura. Los autores partían de la base de que mientras se estudia algo las neuronas se activan y forman nuevas conexiones, así se almacenaría el conocimiento para poder recuperarlo más adelante reactivando el mismo grupo de neuronas.

Cuando se toman descansos en el aprendizaje se activan las mismas neuronas, fortaleciendo su conexión y mejorando la memoria

Los resultados tras los ensayos con roedores, que se han publicado como preimpresión en bioRxiv, indicaron que los animales que hacían pausas en la búsqueda del alimento en el laberinto tenían mejor memoria que los que lo hicieron sin parar. Las pruebas que midieron la actividad cerebral de la corteza prefrontal –la encargada del aprendizaje– mostraron que la inactivación de esta zona afectó al desempeño de los ratones.

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Se tarda más en aprender, pero dura más tiempo la memoria

“Si tres fases de aprendizaje se suceden muy rápidamente, intuitivamente esperábamos que se activaran las mismas neuronas. Sin embargo, después de un largo descanso, sería concebible que el cerebro interprete la siguiente fase de aprendizaje como un nuevo evento y lo procese con diferentes neuronas”, explica Pieter Goltstein, autor principal del estudio.

No obstante, en el trabajo se encontró todo lo contrario, y es que después de pausas breves, el patrón de activación en el cerebro varió más que con las pausas largas. Por tanto, al tomar descansos más largos, las mismas neuronas activas durante la primera fase de aprendizaje se volvieron a utilizar más tarde.

Esta reactivación de las mismas neuronas hace que el cerebro fortalezca las conexiones que se producen entre ellas durante el aprendizaje, por lo que no tendrían que empezarlas desde el principio. Aunque hacer pausas podría llevarnos más tiempo, también mejoraría la memoria y haría que se recordase durante mucho más tiempo.

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Actualizado: 5 de mayo de 2023

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