El 50% de las mujeres de mediana edad no está satisfecha con su vida sexual

07/11/2025
Un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Monash1 ha revelado que casi el 50% de las mujeres de mediana edad encuestadas presentaban dificultades sexuales, incluyendo el doble de probabilidades de disfunción del deseo y la excitación en mujeres en la perimenopausia temprana, en comparación con las mujeres en la premenopausia.
El estudio se considera el más grande de su tipo y sus autores han explorado la prevalencia de dificultades sexuales y malestar personal relacionado con la sexualidad que experimentan las mujeres de mediana edad. Los resultados se han publicado en The Lancet Obstetrics, Gynaecology, & Women's Health2 y han identificado la perimenopausia temprana como un momento de cambios en el bienestar sexual, destacando la necesidad de opciones terapéuticas y guías de buenas prácticas en esa etapa de la vida.
Según la profesora Susan Davis AO, autora principal del estudio y directora del Programa de Investigación sobre la Salud de la Mujer de la Universidad de Monash en la Facultad de Salud Pública y Medicina Preventiva, ha habido una incertidumbre considerable con respecto a la prevalencia de la disfunción sexual femenina (DSF) en la mediana edad en mujeres de entre 40 y 69 años y el efecto que tienen las etapas de la menopausia en los diferentes dominios de la función sexual. “A menudo se pasa por alto la importancia del bienestar sexual para la salud general. No se puede ignorar el impacto que tiene la salud sexual, no solo en la relación íntima de una mujer, sino, lo que es más importante, en su bienestar general”, afirma en una nota publicada por el centro.
Cómo afecta la disfunción sexual al bienestar emocional
El estudio incluyó a 5.468 mujeres australianas de entre 40 y 69 años. De las 5.468 participantes, 2.583 presentaban malestar personal relacionado con la sexualidad; 1 de cada 4 tenía disfunción sexual y 1 de cada 4 presentaba malestar relacionado con la sexualidad sin una disfunción sexual identificada.
La disfunción sexual femenina (DSF) abarca dificultades sexuales que causan malestar personal. Estas se clasifican en la Clasificación Internacional de Enfermedades, 11.ª revisión (CIE-113 ), como problemas con el deseo, la excitación y el orgasmo, o disfunciones no especificadas. La DSF se asocia con un deterioro del bienestar y la calidad de vida, de modo que las mujeres afectadas tienen mayor probabilidad de sufrir depresión y de experimentar estrés emocional y rupturas en sus relaciones.
En este estudio, el bajo deseo sexual (13,3%), la excitación deficiente (13,1%) y la mala autoimagen sexual (12,8%) fueron las disfunciones sexuales más prevalentes. "Aunque nuestro estudio reveló que el bajo deseo y la escasa excitación eran las dificultades sexuales más frecuentes, los participantes con una mala autoimagen sexual tenían la mayor probabilidad de sufrir malestar asociado", dijo el profesor Davis.
"No se puede ignorar el impacto que tiene la salud sexual, no solo en la relación íntima de una mujer, sino, lo que es más importante, en su bienestar general”
"Tras tener en cuenta la ascendencia, el estado civil, el IMC, la sequedad vaginal durante las relaciones sexuales, los síntomas depresivos de moderados a graves, el uso actual de ansiolíticos o antidepresivos y la experiencia de abuso psicológico o sexual, descubrimos que, a medida que aumentaba la edad, se producía un aumento general de las dificultades sexuales, mientras que la angustia relacionada con la sexualidad disminuía", ha señalado la Dra. Yuanyuan Wang, también de la Facultad de Salud Pública y Medicina Preventiva y primera autora del estudio. "Esto dio como resultado la mayor probabilidad de FSD estimada en participantes de entre 55 y 59 años, lo que sugiere que el aumento de la edad podría ser un factor clave que contribuye a estas asociaciones", añade.
El profesor Davis dijo: "El aumento del doble en la prevalencia del deseo, la excitación y la disfunción de la autoimagen sexual entre las participantes en la perimenopausia temprana, en comparación con las participantes premenopáusicas, destaca la perimenopausia temprana como un período vulnerable para el desarrollo de la disfunción sexual femenina (DSF).
Sin embargo, las guías de práctica clínica para la disfunción sexual femenina (DSF) en la perimenopausia son escasas. Además, los tratamientos aprobados por las autoridades reguladoras para la DSF se limitan a la disfunción del deseo y se circunscriben a mujeres premenopáusicas o posmenopáusicas. Dada la prevalencia observada de la DSF en mujeres perimenopáusicas, se necesitan con urgencia guías de práctica clínica y opciones de tratamiento para este grupo.
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- 1
“Largest Study of Its Kind Explores Sexual Dysfunction in Women at Midlife.” Medicine, Nursing and Health Sciences, 6 Nov. 2025, https://www.monash.edu/medicine/news/latest/2025-articles/largest-study-of-its-kind-explores-sexual-dysfunction-in-women-at-midlife.
- 2
Wang, Yuanyuan, et al. “Sexual Dysfunction in Women at Midlife: A Cross-Sectional Study of Data from the Australian Women’s Midlife Years Study.” The Lancet Obstetrics, Gynaecology, & Women’s Health, vol. 1, no. 3, Nov. 2025, pp. e198–208, https://doi.org/10.1016/j.lanogw.2025.100024.
- 3
ICD-11 for Mortality and Morbidity Statistics. https://icd.who.int/browse/2025-01/mms/en#160690465.
Actualizado: 7 de noviembre de 2025










