El hipertiroidismo y el embarazo y la lactancia materna

Actualizado: 28 de junio de 2022
La mujer también puede manifestar síntomas de hipertiroidismo antes de la gestación, o durante el embarazo o la lactancia, tal y como ocurría en el caso del hipotiroidismo. Veamos cómo afecta el aumento del funcionamiento de la glándula tiroides a la mujer en cada una de estas etapas vitales:
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Hipertiroidismo antes del embarazo
El hipertiroidismo se produce cuando la glándula tiroidea produce más hormonas tiroideas de las que el organismo necesita, y algunos de sus síntomas son trastornos en el ritmo cardíaco, temblores en las manos, pérdida de peso a pesar de tener un apetito aumentado, excesivo nerviosismo y unos característicos ojos saltones.
“No suele afectar a la fertilidad, solo lo hace cuando es muy severo y con sintomatología muy importante”, señala la doctora Elena Navarro, coordinadora del Área de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Trastornos en el ritmo cardíaco, temblores en las manos, pérdida de peso a pesar de tener un apetito aumentado, excesivo nerviosismo y unos característicos ojos saltones son algunos de esos síntomas.
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Hipertiroidismo en el embarazo
Como nos explica la doctora Navarro, “cuando la madre padece hipertiroidismo y no está tratada, el feto también lo tiene”. Ese exceso de hormonas tiroideas maternas atraviesa la placenta y llega por el cordón umbilical hasta el torrente sanguíneo del bebé. Las consecuencias pueden ser importantes para él: “su corazón va más rápido y su metabolismo se acelera, y puede producir problemas en el bebé por taquicardias. No suele ocurrir porque por suerte se diagnostica y se trata”, apunta la doctora Navarro.
Otras consecuencias de un hipertiroidismo sin control médico son:
- Aborto.
- Preeclampsia.
- Parto prematuro.
- Desprendimiento de la placenta.
- Bajo peso al nacimiento.
- Crecimiento intrauterino retardado.
Además, hay que tener presente que la causa más común del hipertiroidismo es una enfermedad autoinmune llamada de Graves Basedow: el organismo produce unos anticuerpos que estimulan la tiroides. “Esos anticuerpos atraviesan la placenta y pasan al bebé y puede ocurrir que los tenga en su sangre al nacer y tenga un hipertiroidismo neonatal”.
No es que el bebé padezca esta enfermedad. De hecho, los anticuerpos son transitorios. “Duran en el sistema circulatorio del pequeño poco tiempo, alrededor de 10 días, y una vez que los elimina está normal”, añade la doctora. Por eso, para evitar que el bebé desarrolle hipertiroidismo neonatal, a la madre con esta patología se le miden periódicamente los niveles de esos anticuerpos y el endocrino, en colaboración con el ginecólogo, dispensará a la futura madre un tratamiento antitiroideo en dosis mínimas, seguro para el feto.
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Hipertiroidismo en la lactancia materna
Los medicamentos que se administran para controlar el hipertiroidismo tienen unas dosis máximas y unos momentos determinados para ello. Así, “se deben tomar después de dar el pecho al niño, para separarlo de la siguiente toma y que esté metabolizado, y con una dosis máxima. Pero se puede compaginar lactancia y medicación”, advierte la doctora Navarro.
Esta medida se puede adoptar incluso en los primeros días de la lactancia a demanda, cuando el bebé necesita alimentarse muy frecuentemente. “La medicación se prescribe con dosis más bajas y fraccionadas en el tiempo. El endocrino y el ginecólogo dan las pautas, pero siempre se intenta mantener la lactancia materna”, insiste.
Creado: 1 de abril de 2019