Un nuevo estudio realizado en ratones ha comprobado que la microflora intestinal de las madres obesas –que tiene determinadas características que aumentan el riesgo de sobrepeso– puede transmitirse a sus descendientes, condicionando de esta forma el tipo de flora intestinal de las crías, alterando también su función gastointestinal, y aumentando así el riesgo de que desarrollen obesidad.
El desequilibrio en la microflora puede contribuir al desarrollo y al mantenimiento del sobrepeso y, de hecho, se ha observado que un incremento de firmicutes o endobacterias frente a bacteriodetes es un indicador de obesidad asociado a un aumento de la permeabilidad gastrointestinal, la inflamación sistémica y el incremento de peso.
Equilibrar la composición de la microflora intestinal podría beneficiar la salud de los hijos de mujeres obesas
En la nueva investigación se comprobó que las crías de hembras de ratón obesas presentaban un incremento de firmicutes frente a bacteriodetes y un aumento de la permeabilidad gastrointestinal, por lo que los científicos consideran que existen factores de riesgo no genéticos que se pueden transmitir de madres a hijos y que elevan la susceptibilidad a la obesidad.
Se estima que en la actualidad el 30% de las mujeres que se quedan embarazadas tienen sobrepeso y que sus hijos tienen un mayor riesgo de desarrollar obesidad y trastornos metabólicos asociados a esta condición. Los autores del trabajo han señalado que es bastante sencillo equilibrar la composición de la microflora mediante procedimientos no invasivos, y que con ello se podría beneficiar la salud de los hijos de estas mujeres.