Embarazada en pleno verano
Los rigores del calor y el verano afectan especialmente a las embarazadas. Para sobrellevarlo lo mejor posible, aquí tienes las mejores recomendaciones sobre ejercicio, alimentación o consejos si vas a viajar.

Alimentación en verano si estás embarazada

Laura Saiz

Por: Laura Saiz

Periodista especializada en deporte, belleza y bienestar

Dr. Francisco Sellers López

Revisado: Dr. Francisco Sellers López

Director del Departamento de Obstetricia del Instituto Bernabeu

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Durante todo el año es importante llevar un control de lo que comemos, por nosotras y por el futuro bebé, pero si estás embarazada en verano conviene llevar a cabo algunas recomendaciones especiales, tanto para encontrarnos más cómodas como para evitar problemas:

  • Es fundamental cuidar la alimentación en esta estación. Deben evitarse las comidas abundantes y pesadas. En verano es normal que tu apetito baje, pero no debes descuidar tu dieta, por eso puedes aprovechar las horas más frescas para comer de manera más completa, como en el desayuno, y durante el día prepárate platos ligeros. Para las cenas puedes recurrir al pescado, de esta manera obtendrás los nutrientes necesarios sin sentirte pesada.
  • Debe recurrirse a abundante fibra, como la que se encuentra en las frutas y las verduras. Además, su alto contenido en agua ayudará a mantener correctamente hidratado el organismo.
  • No debe olvidarse la hidratación continua a lo largo del día: agua, zumos, frutas, bebidas isotónicas. Cuando se salga de casa, es conveniente llevar siempre una botella con agua para mantenerse bien hidratada y soportar el calor lo mejor posible.
  • Controla la sal en las comidas y los alimentos. Un exceso de sodio aumenta la retención de líquidos, un problema habitual durante el embarazo.
  • En vacaciones solemos comer con más frecuencia fuera de casa. Intenta controlar lo que pides y cuídate de pedir platos con salsas caseras, mariscos, huevo o productos similares en locales que no sean de tu confianza, ya que el calor o una mala conservación pueden deteriorarlos y las consecuencias gastrointestinales pueden hacerte pasar un mal rato.
  • Los platos fríos son una buena opción para seguir manteniendo tus buenos hábitos del resto del año al verano, ya que te permitirán comer legumbres y verduras en ensalada, sopas frías o gazpachos y mayor cantidad de frutas.
  • No obstante, ojo con las ensaladas: si no la has preparado tú misma, asegúrate de que ha sido lavada a conciencia, especialmente si no estás inmunizada contra la toxoplasmosis. Evita prepararlas con ahumados para no tener que preocuparte por el anisakis. Y no abuses de aliños como mayonesa o ali oli, en todo caso, recuerda que las industriales son más seguras que las caseras.

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Creado: 1 de agosto de 2011

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