Amores de verano, qué nos aportan y cómo mantenerlos
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Si echamos mano a nuestra discografía y al cine, encontraremos muchos ejemplos de títulos dedicados a ese gran amor del verano. Desde canciones del Dúo Dinámico a películas como Grease, se habla, anhela, canta y baila al amor surgido en la época estival. El sol, el tipo de ropa, el hecho de encontrarnos fuera del contexto cotidiano, pero, sobre todo, el decir adiós a la ataduras del día a día, abren la puerta a nuevas emociones y una de ellas es el enamoramiento. La brevedad de esta aventura amorosa, el límite temporal que tenemos para disfrutarla, hacen que sea más intensa; mientras que la despedida y la distancia la idealizan.
Lo cierto es que, más o menos intenso, o con más o menos duración, ninguno de los que lo hayamos vivido olvidaremos ese amor de verano que acompaña nuestras añoranzas en los inviernos, ya sean estacionales o vitales. Vamos a recordarlo, a entenderlo y, por qué no, a revivir aquellas cosas buenas que nos aportó en su momento.
El amor de verano: ¿cómo y por qué surge?
Las personas somos muy diferentes, pero también tenemos mucho en común, y se puede decir que compartimos las principales razones por las que nos resulta más fácil enamorarnos en verano. Y estos son los factores que favorecen que surja el amor de verano:
Beneficios de los amores de verano: ¿Qué nos aportan?
El amor de verano es una experiencia de nuestra vida que, como tal, siempre nos va a aportar un aprendizaje y pasará a formar parte de nuestra biografía; en algunos casos integrado en las vivencias del pasado, y en otras formando parte de nuestro presente y futuro. Veamos qué nos aporta un idilio de verano:
La parte negativa de vivir un amor de verano
Como todo, el amor de verano también tiene sus inconvenientes. El más doloroso tiene que ver con la despedida. Algunas personas experimentan un verdadero duelo cuando se ven obligadas a dejar atrás ese amor y volver a su vida cotidiana. Aparecen aquí sentimientos de angustia, tristeza y enfado que pueden interferir de forma negativa en sus actividades y responsabilidades diarias.
Otro de los grandes riesgos del amor de verano tiene que ver con la idealización, porque idealizar a nuestro enamorado –algo frecuente en las relaciones a distancia– nos puede hacer perder interés en conocer a gente nueva o en iniciar nuevas relaciones. Esta despedida e idealización es especialmente peligrosa en el caso de los adolescentes, ya que viven las emociones de una forma más intensa y, por lo tanto, pueden interferir de forma importante en su reincorporación social o académica.
No obstante, ninguno de los inconvenientes anteriores deja de ser manejable con una buena “cabeza” y tiempo de reposo…, por lo que no vivir un amor de verano –siempre que esta relación no te perjudique ni haga que tomes malas decisiones como, por ejemplo, una ruptura de pareja sin tenerlo claro– es perder una bonita experiencia vital.
¿Debemos mantener un amor de verano? ¿Cómo hacerlo…?
En un amor o rollo de verano la descarga química de la primera fase del enamoramiento es más que suficiente, pero si queremos pasar a la siguiente fase, a un amor más racional y pausado a partir del cual queremos, admiramos y cuidamos al otro, tenemos que realizar un acto de voluntad para cuidar esa relación en la distancia si no se vive en el mismo lugar, o para incorporarla en nuestra vida cotidiana.
¿Merece la pena el esfuerzo? Sí, siempre que hayas reflexionado sobre si la persona es compatible contigo y tus circunstancias. Para ello, piensa si la ves en tu vida, en tus planes, en tus actividades, con tus amigos…, si coincidís en la forma de pensar o, en caso contrario, la respetáis, etcétera. Si no es así, desde luego no merece la pena esforzarse en mantenerlo.
Tras la fase de enamoramiento debemos preguntarnos por el sentido de esa relación para dedicar esfuerzo a trabajarla, o no. En el caso de que la respuesta sea afirmativa es importante que tengas algunas cosas en cuenta:
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Habla con la otra persona y dile lo que sientes: es bueno que ambos estéis en el mismo punto para no desgastarte si no es así, ya que es posible que el otro no tenga los mismos sentimientos o deseos. “Me ha encantado este tiempo que hemos pasado juntos y creo que con esfuerzo por parte de ambos podemos seguir manteniendo esta relación…”. Expresar vuestros sentimientos e intenciones para poner vuestras expectativas en común y que no haya engaños.
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Mantén el contacto. Esto es especialmente importante cuando no vivís en el mismo lugar. Las videollamadas han facilitado mucho la comunicación a distancia, y podéis quedar para hablar de forma frecuente y seguir conociéndonos, ahora en vuestro entorno habitual. Si vivís en la misma ciudad, intentad quedar a menudo pesar de que el ritmo cotidiano vuelva a ser el mismo, porque si no lo hacéis se corre el riesgo de que cada uno vuelva a su vida sin incorporar a su nueva pareja en sus planes.
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Busca cómo integrar esta nueva relación en tu vida; si vivís en el mismo lugar haced planes cotidianos juntos y, poco a poco, ve incorporando a esta persona en tu entorno social o familiar. Si vivís lejos, háblale de tus actividades, de tus planes, de tus amigos, etcétera. Sobra decir que antes de hacer esto debes romper con relaciones amorosas previas si tienes claro que este nuevo amor es lo que deseas.
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Fija fechas para hacer cosas juntos. Escoge momentos que os vengan bien a ambos para veros o hacer planes juntos. Si no vivís en la misma ciudad plantear fechas para veros, e id aumentando la frecuencia de los encuentros a lo largo del año. Te recomendamos que leas nuestros consejos para sobrellevar con éxito una relación a distancia para ampliar ideas sobre cómo mantener este tipo de relación, mantener la ilusión y disfrutar de la misma.
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Evitar la rutina y los agobios: si algo caracteriza a los amores veraniegos, además de su fugacidad, es la intensidad con la que se viven los planes y momentos de intimidad con esa nueva persona conocida al calor del verano. Intentar mantener ese espíritu a posteriori no es fácil, por eso conviene propiciar planes sin agobios, probar a hacer cosas diferentes y dejarse llevar un poco más para no caer en el día a día y mantener esa llama que se prendió en las vacaciones.
Creado: 28 de julio de 2022