Tener un nivel más alto de músculo magro podría proteger del alzhéimer

Encuentran una asociación entre mayores niveles de músculo magro y una ligera disminución del riesgo de desarrollar alzhéimer, lo que sugiere que cambiar la distribución de la masa magra corporal podría proteger contra esta demencia.
Hombre mayor musculoso

30/06/2023

Las causas del alzhéimer no se conocen con exactitud, pero si se sabe que existen factores de riesgo para desarrollar esta enfermedad y la obesidad es uno de ellos, ya que numerosos estudios la han asociado con su aparición, algo que los científicos atribuyen a la inflamación, la resistencia a la insulina y unos niveles más elevados de proteína beta amiloide –que es perjudicial para el cerebro– en el tejido adiposo, que son complicaciones que suelen acompañar al sobrepeso.

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Un nuevo estudio ha encontrado ahora un factor que ayudaría a prevenir esta demencia. Según revelan sus resultados, que se ha publicado en BMJ Medicine, tener niveles altos de músculo magro podría proteger contra la enfermedad de Alzheimer, aunque los autores del trabajo señalan que es necesario seguir investigando para identificar las vías biológicas que se encuentran detrás de este efecto protector. Niveles más bajos de músculo magro también se han relacionado con un mayor riesgo de padecer la enfermedad, pero no está claro si esto podría ayudar al diagnóstico.

Los investigadores emplearon la aleatorización mendeliana para llevar a cabo el estudio. Se trata de una técnica que usa variantes genéticas como representantes de un factor de riesgo concreto, que en este caso era el músculo magro, para obtener evidencia genética que respalde un resultado particular, que en este estudio era el riesgo de enfermedad de Alzheimer.

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Más ejercicio físico para combatir la enfermedad de Alzheimer

Para validar los hallazgos, recurrieron a los datos de 450.243 participantes del Biobanco del Reino Unido; una muestra independiente de 21.982 personas con alzhéimer y 41.944 personas sin la enfermedad; una muestra adicional de 7.329 personas con alzhéimer y 252.879 personas sin la enfermedad; y 269.867 personas participando en un estudio de genes e inteligencia. La bioimpedancia, una corriente eléctrica que fluye a diferentes velocidades a través del cuerpo dependiendo de su composición, se utilizó para estimar el músculo magro y el tejido adiposo en los brazos y las piernas, y los resultados obtenidos se ajustaron por edad, sexo y ascendencia genética.

Si futuros estudios confirman los hallazgos: “las campañas para promover el ejercicio y la actividad física podrían reducir la carga de alzhéimer en la población”

Unas 584 variantes genéticas se asociaron con la masa muscular magra; ninguno se localizó en la región del gen APOE que se relaciona con la vulnerabilidad a padecer alzhéimer. Estas variantes genéticas combinadas explicaron el 10% de la diferencia en la masa muscular magra en los brazos y las piernas de los participantes del estudio. En promedio, una mayor masa muscular magra (representada genéticamente) se asoció con una reducción modesta, pero estadísticamente sólida, en el riesgo de enfermedad de Alzheimer. Este hallazgo se repitió en la muestra adicional de 7.329 personas con la enfermedad y 252.879 personas sanas, utilizando diferentes medidas de masa muscular magra: tronco y cuerpo entero.

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Encontraron también una asociación entre la masa magra y un mejor desempeño en las tareas cognitivas, aunque dicha asociación no explicó el efecto protector de la masa magra sobre el riesgo de enfermedad de Alzheimer. La grasa corporal, ajustada por la masa magra, tampoco se asoció con el riesgo de enfermedad de Alzheimer, pero sí se relacionó con un peor desempeño cognitivo en las tareas.

“Estos análisis proporcionan nueva evidencia que respalda una relación de causa y efecto entre la masa magra y el riesgo de enfermedad de Alzheimer”, afirman los investigadores, que añaden que los hallazgos también “refutan un gran efecto de la masa grasa sobre el riesgo de enfermedad de Alzheimer y resaltan la importancia de distinguir entre masa magra y masa grasa al investigar el efecto de las medidas de adiposidad en los resultados de salud”.

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Sin embargo, también advierten: “Nuestros hallazgos deben replicarse con líneas independientes de evidencia complementaria antes de informar a la salud pública o la práctica clínica. Además, se necesita más trabajo para determinar los valores límite para la edad y el grado de patología de la enfermedad de Alzheimer, después de lo cual las modificaciones de masa magra ya no podrían reducir el riesgo”. Tampoco está claro si el aumento de la masa magra podría revertir esta demencia en pacientes con enfermedad preclínica o deterioro cognitivo leve, señalan.

A pesar de esto en opinión de estos científicos si los futuros estudios confirman sus hallazgos: “los esfuerzos de salud pública para cambiar la distribución de la masa magra en la población, potencialmente a través de campañas para promover el ejercicio y la actividad física, podrían reducir la carga de la enfermedad de Alzheimer en la población”.

Actualizado: 30 de junio de 2023

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