Claves para un porteo seguro
Portear proporciona mayor sensación de seguridad al bebé y permite al adulto mantener el contacto con su hijo mientras realiza sus tareas. Enumeramos sus ventajas y las claves para practicar un porteo seguro y ergonómico.

Recomendaciones para un porteo seguro y ergonómico

Diana Oliver Ortiz

Por: Diana Oliver

Periodista especializada en vida sana, maternidad e infancia y mascotas

Actualizado: 29 de julio de 2022

El porteo es una práctica muy efímera que apenas dura unos cuantos años en relación con el resto del tiempo que vamos a compartir con nuestros hijos, y para disfrutarlo y hacerlo de manera segura tanto para el bebé o niño, como para el adulto que portea, hay una serie de recomendaciones que debemos tener en cuenta para que esta práctica sea cómoda y que recopilamos a continuación:

  • Analizar las necesidades del bebé o niño y de cada familia para elegir el portabebés ergonómico más adecuado: qué edad y qué peso tiene el bebé o niño –y si este tiene alguna necesidad especial con la que debamos contar–, cuánto tiempo estimamos que vamos a portear a lo largo del día, o si vamos a utilizar el dispositivo en casa o fuera.
  • Podemos buscar el asesoramiento de un profesional especializado para elegir un portabebés adecuado. En la actualidad, ya hay profesionales sanitarios de diversos ámbitos (desde la pediatría a la fisioterapia infantil) formados en porteo que pueden orientarnos tanto para saber cuál es el portabebés más adecuado, como para aprender a usarlo de manera segura tanto para el porteador como para el porteado.
  • Siempre se debe usar un dispositivo que nos asegure un porteo ergonómico; es decir, aquel que asegure una posición correcta del bebé o niño y adulto para evitar sobrecargas o posturas inadecuadas.
  • En el caso de los bebés, la postura correcta en el portabebé debe ser similar a la de una ranita: de frente a nosotros con la espalda encorvada en forma de C y que ambas piernas formen una M. Cuando el bebé no sostiene la cabeza, esta debe poder sujetarse por el propio portabebés y nuestro cuerpo.
  • También debe estar colocado a la altura correcta, ni muy arriba ni demasiado abajo. Si porteamos hacia delante sería aquella altura en la que podemos darle un beso sin una flexión de cuello por nuestra parte que sea exagerada. Todos los nudos, correas o cierres del portabebés deben ser ajustados para adaptarse al bebé o niño sin sentir que queda holgado, pero tampoco demasiado apretado de forma que estemos incómodos.
  • La persona que portea debe conocer algunas normas de seguridad, como que las vías respiratorias del bebé o niño queden siempre despejadas; basta con que su cabeza quede apoyada de lado y ligeramente incorporada hacia arriba (en el caso de bebés que no sostienen la cabeza, o de bebés o niños que se quedan dormidos en el portabebés). También es importante prestar atención a que el bebé o niño mantiene una temperatura adecuada, así como no realizar actividades peligrosas ni consumir sustancias como tabaco, alcohol o medicamentos que puedan suponer un peligro durante el porteo.
  • Por último, se recomienda revisar a menudo la postura tanto del porteador como del porteado –para evitar posturas incorrectas o peligrosas para ambos–, así como cambiar de dispositivo cuando el que tengamos haya alcanzado el peso máximo permitido.

PUBLICIDAD

Creado: 3 de abril de 2019

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD