La subida de la presión arterial originada por el embarazo, desaparece tras dar a luz, pero hay que controlarla para que no perjudique ni a la mujer ni a su bebé. Te aconsejamos cómo manejar la hipertensión gestacional.
La hipertensión gestacional desaparece después del parto, por lo que tu presión arterial volverá a los valores normales a las pocas semanas del nacimiento de tu bebé, y no habrá motivos para preocuparse (aunque debes consultar con tu médico, porque tendrás más probabilidades de desarrollar hipertensión arterialcrónica en el futuro).
En cuanto a tu día a día, como aconseja Alberto Puertas, jefe de sección de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Virgen de las Nieves (Granada), lo mejor es que sigas determinados hábitos, que no son muy distintos de los recomendados para el resto de las embarazadas, y que te ayudarán a que la gestación transcurra sin incidentes:
Controlar el peso.
Llevar una dieta sana. La conexión de la alimentación y la hipertensión es bastante evidente, por lo que es primordial seguir una dieta variada y equilibrada, con mucha ingesta de frutas y verduras. Además, debe ser normosódica, es decir, normal en cuanto a la ingesta de sal.
Aunque ninguna embarazada debería hacerlo, es especialmente importante que no fumes, porque el consumo de tabaco puede aumentar hasta diez veces el riesgo de padecer hipertensión. Tampoco hay que beber alcohol, ya que ejerce una acción vasoconstrictora que provoca que el corazón tenga que esforzarse más para bombear la sangre.
Dormir bien (incluida una pequeña siesta), porque ayuda a disminuir la retención de líquidos. Y acuérdate siempre de acostarte sobre el lado izquierdo, sobre todo cuando el embarazo está más avanzado, para que la sangre circule mejor.
Durante el día, en cuanto sea posible, tener los pies elevados.
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Reposar: no es necesario el reposo absoluto, pero sí se recomienda cierta restricción de la actividad física.
Relajarse y alejar el estrés: el factor emocional está bastante vinculado a la hipertensión, por lo que es recomendable que no estés preocupada y que aprendas a controlar el estrés. Realiza actividades que te tranquilicen, o prueba a practicar yoga o técnicas de relajación.