Encuentran nanopartículas de sílice y metales en muestras de leche materna

Un estudio internacional en el que se han analizado muestras de leche materna de 53 mujeres sanas ha detectado nanopartículas artificiales en 42 de ellas y señala como posibles fuentes de exposición al aire contaminado, ciertos alimentos y algunos productos cosméticos.
Bolsas con leche materna

13/05/2025

La leche materna es el alimento más completo para los recién nacidos porque contiene nutrientes esenciales y les confiere una importante protección inmunológica durante sus primeros meses de vida. Por ello, UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS)1 recomiendan alimentar a los bebés únicamente con leche materna hasta los seis meses de edad, y que la lactancia materna se complemente con otros alimentos adecuados hasta que el niño cumpla dos años.

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Sin embargo, la exposición de las madres a sustancias contaminantes presentes en el entorno puede alterar la composición de la leche materna y un reciente estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)2 ha alertado sobre la presencia de nanopartículas artificiales –sobre todo de sílice y metales– en la leche humana.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Soochow (China) y de la Universidad Técnica de Ostrava (República Checa) han analizado muestras de leche de 53 mujeres en período de lactancia y han detectado nanopartículas, con concentraciones que alcanzaron hasta 1,12 × 10¹¹ partículas por mililitro, en 42 de ellas.

Estos científicos no solo identificaron la presencia de estas partículas, sino que también han detallado su composición y el proceso por el cual llegan a la leche materna. Se encontraron nanopartículas compuestas por nueve elementos: oxígeno, silicio, hierro, cobre, aluminio, flúor, magnesio, titanio y zinc. Además, se observaron estructuras cristalinas como dióxido de silicio (SiO₂), óxido de hierro (Fe₂O₃) y óxido de titanio (TiO₂), entre otras.

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Las muestras fueron obtenidas de mujeres sanas que vivían en tres ciudades chinas –Suzhou, Zaozhuang y Bozhou– entre uno y once meses después del parto. Ninguna de ellas fumaba ni había tenido exposición laboral conocida a contaminantes industriales, lo que aumenta la relevancia de los resultados obtenidos.

Productos cotidianos y de alimentación como fuentes de nanopartículas

Según los investigadores, muchas de las partículas detectadas podrían proceder de productos de uso común, como aerosoles, cosméticos, protectores solares o incluso de la contaminación del aire. No obstante, el estudio pone el foco especialmente en la dieta como posible fuente principal de exposición.

El análisis estadístico reveló una fuerte correlación entre el consumo frecuente de harina y la presencia de nanopartículas en la leche materna. Esto sugiere que ciertos aditivos alimentarios, como el dióxido de silicio utilizado como antiaglomerante, podrían estar contribuyendo significativamente a esta contaminación.

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Para comprender cómo estas partículas llegan a la leche materna, el equipo de investigación utilizó ratonas lactantes como modelo experimental. Los animales fueron expuestas a nanopartículas de sílice marcadas con trazadores fluorescentes y metálicos, ya sea por vía oral o por inhalación.

Mediante técnicas avanzadas como microscopía intravital y electroforesis capilar con detección fluorescente, los científicos lograron seguir el recorrido de las partículas desde el intestino o los pulmones, atravesando la sangre hasta alcanzar las glándulas mamarias y, finalmente, la leche.

Los investigadores recomiendan reducir el consumo de alimentos que puedan contener estas partículas como medida preventiva para limitar su paso a la leche

Los resultados mostraron que las partículas más pequeñas y sin carga eléctrica o con carga neutra son las que mejor atraviesan las barreras del organismo. Aunque en la leche humana se detectaron partículas con carga negativa —probablemente debido a proteínas adheridas— los ensayos en animales permitieron observar cómo el tamaño y la carga influyen en su comportamiento.

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Los autores del estudio destacan que sus hallazgos no solo confirman la existencia generalizada de nanopartículas en la leche materna, sino que también proporcionan una visión detallada de su química y su biología. Recomiendan reducir el consumo de alimentos que puedan contener estas partículas como medida preventiva para limitar su paso a la leche.

La profesora Tamara Galloway, profesora de Ecotoxicología de la Universidad de Exeter, que no ha participado en el estudio ha señalado en declaraciones a SMC Reino Unido3: “Se sabe desde hace tiempo que nanopartículas de diversos tipos pueden entrar en el cuerpo humano y circular a diferentes tejidos y lugares, incluida la leche materna. Por ejemplo, se han encontrado microplásticos y nanoplásticos, negro de carbono (un contaminante atmosférico relacionado con los gases de escape del tráfico) y otros metales tanto en tejidos humanos, como en leche materna. En general, las concentraciones de nanopartículas presentes en el cuerpo son muy bajas y no hay indicios de que provoquen efectos adversos para la salud en estas concentraciones”.

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    “Lactancia Materna.” UNICEF, https://www.unicef.org/mexico/lactancia-materna. 

  • 2
    Qing Yang, Di Chen, Xi Liu, Wenjie Li, y Huizhen Zheng. «Identification of Nanoparticle Infiltration in Human Breast Milk: Chemical Profiles and Trajectory Pathways». Proceedings of the National Academy of Sciences, vol. 122, n.º 20, Proceedings of the National Academy of Sciences, 2025, doi:10.1073/pnas.2500552122.
  • 3
    «Identification of Nanoparticle Infiltration in Human Breast Milk: Chemical Profiles and Trajectory Pathways». Proceedings of the National Academy of Sciences, vol. 122, n.º 20, Proceedings of the National Academy of Sciences.

Actualizado: 13 de mayo de 2025

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