Tener síntomas de depresión se relaciona con mayor riesgo de ictus

Las personas con depresión tienen más riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular –tanto ictus isquémico, como hemorrágico– y los síntomas depresivos también dificultan la recuperación de los pacientes tras superar el evento.

13/03/2023

Un nuevo estudio observacional muestra que las personas con depresión tienen un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, tanto un ictus isquémico, como un ictus hemorrágico. Además, también ha encontrado que los pacientes con síntomas de depresión tienen más probabilidades de que su recuperación sea peor tras un accidente cerebrovascular agudo.

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En el estudio Interstroke se incluían datos de 26.877 adultos (40,4% mujeres) con una edad promedio de 61,7 años residentes en 32 países de Europa, Asia, América y Medio Oriente. Más de 13.000 experimentaron un ictus y, de ellos, el 18% tenían síntomas de depresión, en comparación con el 14% de los individuos que no sufrieron un accidente cerebrovascular. Los resultados se acaban de publicar en la revista científica Neurology.

Los investigadores, dirigidos por Robert Murphy, de la Universidad de Galway, en Irlanda, ajustaron factores de riesgo de ictus como la edad o el sexo, el nivel educativo y hábitos como la práctica de ejercicio físico y comprobaron que las personas que manifestaron síntomas de depresión antes del accidente cerebrovascular tuvieron un 46% más riesgo de sufrirlo en comparación con las que no mostraron síntomas depresivos. No encontraron, sin embargo, que el tratamiento con antidepresivos influyera en el riesgo de ictus.

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Mayor mortalidad tras sufrir un ictus en personas con depresión

La depresión no influía sobre la gravedad del ictus, pero se observó que padecer este trastorno mental sí suponía que el paciente tuviese una peor recuperación un mes después de producirse el ataque y mayor mortalidad durante ese periodo (10% versus 8,1%). Encontraron, además, que la gravedad de la depresión sí influía en el riesgo de ictus, ya que los pacientes que informaron sobre cinco o más síntomas de depresión tenían un 54%

más riesgo de accidente cerebrovascular que aquellos sin síntomas, mientras que los que aseguraron tener tres o cuatro síntomas y aquellos con uno o dos tenían un 58% y un 35% más riesgo, respectivamente.

“Los médicos deben estar atentos a los síntomas de depresión y pueden usar esta información para ayudar a guiar las iniciativas de salud centradas en la prevención de accidentes cerebrovasculares”

“La depresión afecta a personas de todo el mundo y puede tener una amplia gama de impactos en la vida de una persona”, afirma Murphy, que considera que “los médicos deben estar atentos a estos síntomas de depresión y pueden usar esta información para ayudar a guiar las iniciativas de salud centradas en la prevención de accidentes cerebrovasculares”.

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No es la primera vez que se establece un vínculo entre depresión e ictus, ya que investigaciones previas han encontrado asociaciones, como una investigación liderada por la neuróloga Marialaura Simonetto, de la Universidad de Miami, en Florida, y presentada en la reunión de la Academia Americana de Neurología celebrada en 2019, en el que participaron 1.104 personas con una edad promedio de 70 años y sin antecedentes de accidente cerebrovascular a los que se siguió durante 14 años.

Al comienzo del estudio 198 de estas personas (el 18%) tenían síntomas de depresión, y tras ajustar otros factores que podrían influir en el riesgo de ictus (hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes…) los autores comprobaron que las personas con más síntomas de depresión tenían un 75% más probabilidades de experimentar un ictus isquémico que las personas sin síntomas de depresión, y que cada incremento de cinco puntos en la puntuación de la prueba de depresión se relacionó con un 12% más riesgo de accidente cerebrovascular isquémico.

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El informe Depresión y Neurología de la Sociedad Española de Neurología (SEN), presentado en su última reunión también aborda esta relación e indica que mientras que el 4-5% de la población general padece depresión, en el caso de las personas con enfermedades neurológicas puede llegar al 30-50%, según destacó José Miguel Láinez, presidente de la SEN.

La prevalencia de la depresión en los pacientes que han superado un ictus es alrededor de ocho veces mayor que en la población general, y una cuarta parte de los pacientes es diagnosticado con depresión en los dos años posteriores al accidente cerebrovascular, según revela el informe, que también establece una asociación entre la depresión y una peor recuperación funcional y cognitiva tras el ictus.

Actualizado: 5 de mayo de 2023

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