Rotura del ligamento cruzado
Un chasquido, un intenso dolor en la rodilla, dificultad para apoyar la pierna… son algunos de los síntomas más comunes ante una rotura de ligamento cruzado. Te explicamos cómo se trata esta lesión y los pasos en su recuperación.

Síntomas y diagnóstico de la rotura del ligamento cruzado

Dr. Carlos Díez, traumatólogo deportivo

Por: Dr. Carlos Díez

Traumatólogo deportivo, ex Jefe de los Servicios Médicos Sanitas – Real Madrid

Actualizado: 11 de julio de 2024

Síntomas de la rotura del ligamento cruzado de la rodilla

Cuando un deportista sufre esta dolorosa lesión, los principales síntomas para identificar una rotura de ligamento cruzado son:

  • Notar un chasquido. Muchas personas escuchan o sienten un "pop" cuando se produce la rotura, causado por el desgarro repentino del ligamento.
  • Sentir un intenso dolor en la zona en el momento de la lesión. Generalmente se localiza en la parte central de la rodilla, aunque puede irradiar a otras áreas. El dolor suele ser lo suficientemente severo como para que la persona no pueda continuar con la actividad que estaba realizando.
  • Inflamación: la rodilla puede hincharse rápidamente en las primeras horas posteriores a la lesión debido a la hemorragia interna causada por la rotura del ligamento..
  • Dificultad para apoyar la pierna o desplazarse con normalidad. Rango de movimiento limitado, dificultad para mover la rodilla completamente debido al dolor y la hinchazón.
  • Inestabilidad en la articulación de la rodilla y en concreto en la marcha, sobre todo si se levanta peso. Sensación de que la rodilla "se sale" o se siente inestable, especialmente al caminar o girar.
  • Puede producirse un derrame en caso de rotura del ligamento cruzado. La hemorragia interna puede filtrarse a los tejidos circundantes, causando hematomas visibles.
  • Debilidad muscular: en las semanas posteriores puede notarse pérdida de fuerza en los músculos que rodean la rodilla, sobre todo en el cuádriceps y los isquiotibiales. La inactividad y la falta de uso debido al dolor y la inestabilidad pueden llevar a la atrofia muscular.

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Cuando se presenta una rotura del LCA, es crucial realizar una evaluación médica lo antes posible. La combinación de los síntomas descritos, junto con una evaluación física y pruebas de imagen, ayudará a confirmar el diagnóstico y planificar el tratamiento adecuado.

Rotura del ligamento cruzado: exploración

Diagnóstico de ligamento cruzado

Tras realizar la correspondiente exploración física –comparando ambas rodillas, y comprobando si hay inflamación, sensibilidad y el grado de amplitud de movimiento de la articulación– para determinar el diagnóstico de la rotura del cruzado el especialista debe realizar varias pruebas.

  • Pruebas de estabilidad: en un primer momento se realiza un primer examen físico por parte del especialista, que consiste en evaluar la hinchazón, y si existen hematomas y deformidades. Además, se palpa la rodilla para identificar áreas de sensibilidad y evaluar el estado de los ligamentos y tendones. Después se realiza lo que se llama pruebas de estabilidad, siendo la más habitual la prueba del cajón anterior:
    • Cajón Anterior: es la más común, en ella el paciente flexiona la rodilla a 30 grados, y el médico se arrodilla junto a la parte externa de la pierna afectada y estabiliza el muslo con una mano mientras con la otra realiza una tracción suave sobre la región proximal de la tibia. Si la tibia se desplaza hacia delante es que hay desgarro del ligamento cruzado anterior (LCA).
    • Prueba de Lachman: el médico coloca una mano en el muslo y la otra en la tibia y aplica una fuerza hacia adelante para evaluar la estabilidad del LCA.
    • Maniobra de Pivot Shift: Evalúa la estabilidad rotacional de la rodilla; el médico flexiona y extiende la rodilla mientras aplica una presión rotacional.
  • Pruebas diagnósticas en el hospital para confirmar la lesión de LCA: si la sospecha de una rotura del LCA es alta después de la evaluación inicial, se realizarán pruebas adicionales en el hospital para confirmar el diagnóstico y evaluar la extensión de la lesión:
    • Estudio radiológico en dos planos: tiene como fin descartar arrancamientos óseos o fracturas de las inserciones de los ligamentos. Aunque las radiografías no muestran lesiones de ligamentos, son útiles para identificar fracturas o desprendimientos óseos que podrían acompañar una rotura del LCA.
    • Resonancia magnética (RM): es la prueba más indicada o precisa para una correcta valoración de la lesión y confirmar la rotura, especialmente si hay hematoma interno o signos de daños a otras estructuras de la rodilla, como el cartílago, y permite también verificar la extensión de la lesión. La RM proporciona imágenes detalladas de los tejidos blandos, permitiendo al médico ver el estado del LCA, meniscos, otros ligamentos y el cartílago.
    • Ultrasonido: puede ser utilizado para evaluar rápidamente la integridad de los ligamentos y otros tejidos blandos en la rodilla, aunque no es tan detallado como la RM, por lo que es menos común.

    • Artroscopía diagnóstica: en algunos casos, especialmente si el diagnóstico no es claro con la RM, se puede realizar una artroscopía diagnóstica para visualizar directamente el interior de la rodilla. Este procedimiento mínimamente invasivo permite al cirujano ver directamente el estado del LCA y otras estructuras internas de la rodilla.

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Después de confirmar la rotura del LCA con las pruebas de diagnóstico, el médico discutirá las opciones de tratamiento con el paciente.

Creado: 1 de septiembre de 2011

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