Rotura del ligamento cruzado
Un chasquido, un intenso dolor en la rodilla, dificultad para apoyar la pierna… son algunos de los síntomas más comunes ante una rotura de ligamento cruzado. Te explicamos cómo se trata esta lesión y los pasos en su recuperación.

Tratamiento de la rotura del ligamento cruzado

Dr. Carlos Díez, traumatólogo deportivo

Por: Dr. Carlos Díez

Traumatólogo deportivo, ex Jefe de los Servicios Médicos Sanitas – Real Madrid

Actualizado: 11 de julio de 2024

El éxito del tratamiento de la rotura del ligamento de la rodilla depende de varios factores, incluyendo la calidad de la técnica quirúrgica, la adhesión del paciente a la rehabilitación, y factores individuales como la edad y el nivel de actividad previo a la lesión.

Como tratamiento inicial de una rotura de ligamento cruzado, los especialistas recomiendan evitar la hinchazón de la zona afectada con:

  • Reposo absoluto.
  • Aplicaciones de hielo los tres primeros días, entre 10 y 15 minutos cada dos horas.
  • Un vendaje para comprimir la rodilla.
  • Mantener la pierna elevada por encima del corazón, siempre que sea posible.
  • Utilizar apoyos al andar, como una muleta o un bastón, durante la primera semana.

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Para algunos pacientes, en particular aquellos con un estilo de vida menos activo o con desgarros parciales, se puede recomendar un enfoque no quirúrgico. Esto incluye ejercicios de fortalecimiento y movilidad para recuperar el rango de movimiento y la fuerza muscular, evitar actividades que puedan empeorar la lesión, o el uso de rodilleras que ayudan a estabilizar la rodilla durante las actividades diarias. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones se opta por la cirugía para la recosntrucción de la lesión y que el paciente pueda recuperar su actividad deportiva y laboral.

Artroscopia

La artroscopia, según los especialistas, es la mejor opción para abordar esta lesión, debido a que no es necesario abrir la articulación (se emplean instrumentos endoscópicos) y se produce menos dolor, rigidez e hinchazón. Además, la artroscopia disminuye el riesgo de sufrir complicaciones y el tiempo de hospitalización del deportista. Este es un procedimiento mínimamente invasivo que utiliza pequeñas incisiones y una cámara para guiar la cirugía:

  • Se prepara y se mide el injerto antes de la inserción.
  • Se perforan túneles óseos en el fémur y la tibia para pasar y fijar el injerto.
  • El injerto se fija en su lugar utilizando varios métodos como tornillos, botones o suturas.
Rotura del ligamento cruzado: tratamiento

Entre otras de las técnicas más utilizadas para tratar la rotura del ligamento cruzado se encuentran:

Autoinjertos

Utiliza tejido del propio paciente. La opción más utilizada es la plastia de tendón de pata de ganso; zona de inserción tendinosa de los músculos semitendinoso y recto interno doblado sobre sí mismo. Todo el conjunto conforma una plastia muy consistente que se denomina “plastia a 4 bandas” debido a la disposición de los cuatro segmentos del tendón obtenido.

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Cabe destacar también la plastia de “hueso – tendón – hueso” obtenida del 1/3 central del tendón rotuliano, con sus correspondientes fragmentos óseos de polo inferior de rótula y tuberosidad tibial. 

Aloinjertos

Utiliza tejido de un donante. Consiste en la sustitución del ligamento lesionado mediante una plastia de sustitución de otra persona, normalmente un donante cadáver. Este método es menos invasivo en cuanto a la extracción de tejido del propio paciente, pero puede tener un riesgo ligeramente mayor de rechazo o infección.

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Creado: 1 de septiembre de 2011

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