El Método Madre Canguro protege al bebé prematuro a largo plazo

Un estudio revela que jóvenes de 20 años que nacieron prematuros y fueron cuidados con el Método Madre Canguro han tenido una infancia más saludable y son menos proclives a tener conductas conflictivas.
Práctica del Método Madre Canguro con un bebé prematuro

Un estudio ha revelado que un grupo de jóvenes que nacieron prematuramente y que recibieron los cuidados necesarios gracias al Método Madre Canguro (MMC) –que consiste que el bebé tenga un contacto directo piel con piel con sus progenitores, y sea alimentado con lactancia materna–, continúan beneficiándose 20 años después de las ventajas de esta técnica, ya que son menos proclives a presentar conductas agresivas, impulsivas, o hiperactivas, en comparación con otro grupo de jóvenes de la misma edad, y también prematuros y de bajo peso al nacer, a los que se les proporcionaron los cuidados tradicionales utilizando una incubadora.

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La investigación, que ha sido respaldada por el Gobierno canadiense a través del programa Saving Brains, de Grand Challenges Canada, y por el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (COLCIENCIAS) de Colombia, demuestra, según afirma una de sus principales autoras, Nathalie Charpak, de la Fundación Kangaroo de Bogotá (Colombia), que los beneficios del Método Madre Canguro van más allá de los primeros meses o años de vida del niño, y la técnica mantiene sus efectos protectores a nivel social y conductual 20 años después de la intervención.

El Método Madre Canguro mantiene sus efectos protectores a nivel social y conductual 20 años después de la intervención

Los bebés prematuros y de bajo peso al nacer suelen necesitar cuidados específicos para prevenir enfermedades y posibles complicaciones, y esto supone un importante problema sanitario en los países con menos recursos económicos, que en muchos casos no disponen de suficientes incubadoras. De hecho, en el nuevo estudio, que se ha publicado en Pediatrics, se observó que el MMC redujo la tasa de mortalidad de estos niños, que fue del 3,5%, frente al 7,7% en los del grupo control.

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Los resultados del trabajo también desvelaron que las familias a las que se formó para practicar esta técnica con sus hijos tuvieron mayores probabilidades de mantenerse unidas, ser más protectoras, y tener una nutrición mejor, lo que contribuyó a que los niños tuvieran una mayor capacidad para expresar sus sentimientos y para relacionarse con los demás, y también redujo a la mitad el absentismo escolar en comparación con los niños del grupo control.

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Actualizado: 16 de agosto de 2019

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