Parabenos y cremas solares se filtran a la placenta

Un estudio encuentra niveles significativos de parabenos y cremas de protección solar en muestras de placentas, donde se acumulan estas sustancias, que podrían provocar alteraciones hormonales y transferirse al feto.
Una mujer embarazada se aplica una crema sobre la barriga
La presencia de estas sustancias en las placentas resulta alarmante porque cualquier alteración hormonal durante el embarazo puede tener consecuencias perjudiciales para madre y bebé.

Los parabenos, unas sustancias presentes en numerosos productos de higiene y cosmética, y las cremas con factor de protección solar, se filtran a la placenta de las embarazadas, donde se acumulan y pueden llegar a transmitirse al feto en desarrollo, según los resultados de un estudio realizado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Hospital Sant Joan de Déu, que se ha publicado en Environment International.

La presencia de parabenos y protectores solares se ha relacionado con el desarrollo de alergias, obesidad, y una menor tasa de espermatozoides y alteraciones del ciclo menstrual

Los autores del trabajo analizaron cinco parabenos y cinco filtros solares y comprobaron que más de cuatro tipos aparecían en todas las placentas, y hasta siete se encontraban en una misma muestra. Además, la concentración detectada superaba en algunos casos los 11 nanogramos por gramo, es decir, más de 500 veces lo que esperaban, que se había fijado en 0,02 nanogramos por gramo. El BP4, un compuesto que se creía que no se acumulaba en los tejidos, se ha detectado en el 75% de las muestras.

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Los parabenos y protectores solares que se introducen en el organismo humano mediante alimentos (agua y pescado), a través de la piel, o por inhalación, se han relacionado con el desarrollo de alergias, obesidad, y una menor tasa de espermatozoides y alteraciones del ciclo menstrual; dos recientes estudios han asociado directamente el nivel de benzofenonas en la orina de la madre con un bajo peso en niñas y mayor peso y circunferencia craneal en niños.

Otros estudios realizados con animales han revelado que estos compuestos pueden afectar al sistema endocrino y provocar infertilidad. Aunque son necesarios nuevos estudios para determinar los niveles que supondrían un riesgo para el futuro bebé, la investigadora del CSIC que ha dirigido el estudio, Silvia Díaz-Cruz, ha explicado que la presencia de estas sustancias en las placentas resulta alarmante porque cualquier alteración hormonal durante el embarazo puede tener consecuencias muy perjudiciales tanto para la mujer como para el feto.

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Actualizado: 27 de mayo de 2020

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