Lesiones de menisco, abordaje conservador o quirúrgico
Los movimientos bruscos y exagerados, los traumatismos y el desgaste, dañan los meniscos. Te explicamos cómo se producen las lesiones de menisco, y cuáles son sus síntomas y sus opciones de tratamiento.

Cómo se producen las lesiones de menisco

Lesión de menisco en un mujer jugando al pádel
Poner la articulación en su punto máximo de torsión y aplicar un pequeño empuje bastan para lesionar el menisco.
Julián Martínez San Juan, osteópata

Por: Julián Martínez San Juan

Osteópata, quiromasajista deportivo y técnico superior deportivo

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

Para saber cómo se producen las lesiones de menisco, debemos saber que las lesiones de estas estructuras suponen una fisura o rotura completa de la continuidad en el tejido meniscal, haciendo que su función quede comprometida. Si se ejerce presión sobre un objeto, este transmitirá la presión por toda la superficie para disiparla pero, si existe una discontinuidad en dicho objeto, este no podrá dispersar la presión en las condiciones óptimas y verá alterado su correcto funcionamiento. Este principio es aplicable a la presión que padecen los meniscos.

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Así, según el mecanismo lesional, podemos dividir las lesiones de menisco en tres grandes grupos, lesiones de menisco de tipo mecánico, por traumatismo o por desgaste. Veamos sus características:

  • Cómo se producen las lesiones de menisco: esquí

    Lesiones de menisco de tipo mecánico

    Es la forma más común de lesionarse el menisco. Se origina por realizar movimientos bruscos y exagerados, por norma general de forma incontrolada, que provoca una violación de los límites de la amplitud articular. El menisco se ve solicitado por encima de sus posibilidades, en ángulos de trabajo para los que no está diseñado, como puede ser en torsiones extremas o cizallas. En ocasiones no es necesaria una gran fuerza de luxación para dañar un menisco, ni practicar deportes potencialmente peligrosos para los meniscos, como el esquí o los deportes de lucha; basta con poner la articulación en su punto máximo de torsión y aplicar un pequeño empuje. Así, por ejemplo, el gesto de bajarse del coche es una de las posiciones más propicias para tener una rotura del menisco de la rodilla, puesto que la pierna en el momento del apoyo en el suelo se encuentra rotada y en flexión, provocando una torsión que comprime el menisco, y llegando incluso a romperlo.

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  • Cómo se producen las lesiones de menisco: accidentes de tráfico

    Lesiones de menisco por traumatismo

    Este tipo de lesiones no son las más frecuentes, y suelen presentarse en accidentes de tráfico, caídas desde lugares elevados, o deportes de contacto o lucha. Como su nombre indica, se producen por impactos directos en los propios meniscos. Este tipo de mecanismos lesionales suelen tener peor recuperación debido a la agresividad de la lesión.

  • Cómo se producen las lesiones de menisco: artrosis

    Lesiones de menisco por desgaste

    Existen dos formas de desgastar el menisco de una forma precoz: en primer lugar por exceso de uso, o mal uso, de esta estructura; en segundo lugar por artrosis meniscal. En el primero de los casos, suele ser la población deportista la que presenta esta patología. Debido a la práctica exacerbada de ejercicio repetitivo sobre un menisco, este se ve sobre solicitado y expuesto a un continuo trabajo, que llega a erosionarlo y, a medio-largo plazo, romperlo. Un mal gesto sobre un menisco puede llegar a lesionarlo sin necesidad de grandes plazos de tiempo. Por ejemplo, un atleta con una pisada anatómicamente incorrecta que sale a correr tres días por semana durante una hora por sesión, puede generar una lesión de menisco en poco más de cuatro meses.

    En la segunda posibilidad de este apartado de lesiones por desgaste nos enfrentamos a la artrosis de menisco, la más común de las lesiones reumáticas, y que consiste en una degeneración progresiva del tejido meniscal. Por norma general aparece en edad avanzada, aunque un alto porcentaje de artrosis tienen en su origen un componente genético.

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Creado: 22 de septiembre de 2014

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