Tratamiento y prevención de las lesiones de menisco

Actualizado: 16 de marzo de 2023
Dependiendo de la gravedad de la lesión, de la actividad del paciente, e incluso de la edad del mismo, el tratamiento de las lesiones de menisco podrá de ser de tipo no quirúrgico o quirúrgico.
Tratamiento no quirúrgico de las lesiones de menisco
Se aplica en lesiones leves como desgarros sencillos, esguinces moderados, etcétera. El tratamiento no es invasivo y el patrón a seguir se explica con las siglas R.H.I.C.E:
- R. Reposo: lo más beneficioso en los primeros estadios de casi la totalidad de las lesiones. Una estructura dañada necesita un descanso; de no ser así, los daños se mantendrían en el tiempo y la zona no se recuperaría completamente.
- HI. Hielo: el mejor aliado por su efecto analgésico, pero sobre todo antiinflamatorio. Se aplicará varias veces al día en sesiones de dieciocho minutos. Es importante recordar que nunca se debe aplicar directamente sobre la piel.
- C. Compresión: el vendaje supone una ayuda contra el desarrollo de la hinchazón y protege la zona, creando una sensación de descanso.
- E. Elevación: la finalidad de esta pauta es evitar la inflamación elevando la zona afectada por encima de la línea del corazón.
Simultáneamente a estas pautas, es conveniente la medicación no esteroidea para paliar los efectos de la inflamación y el dolor. La fisioterapia completará la correcta rehabilitación de los meniscos dañados.
Tratamiento quirúrgico de las lesiones de menisco
Para los casos graves la solución pasa por la cirugía reparativa. Actualmente este tipo de intervenciones son poco agresivas y han reducido enormemente los tiempos de recuperación, como es el caso de la rodilla, en la que una simple artroscopia subsana un problema de meniscos sin mayores complicaciones. Fundamentalmente, una operación de esta índole consiste en limar la zona desgastada para eliminar el desgarro, o bien recortar la parte dañada en caso de rotura.
Prevención de las lesiones de menisco
La prevención de estas lesiones es genérica; es decir, que debido a su carácter accidental e impredecible, son de difícil predicción, y por lo tanto no existe un mecanismo de defensa propio. Por ello, únicamente se puede reducir el riesgo de sufrir estas lesiones tomando ciertas precauciones.
Lo más efectivo es realizar ejercicio físico, que ayudará a mantener la musculatura de las zonas meniscales lo más fuerte posible, creando mayor estabilidad y aliviando carga a los meniscos. Un buen calentamiento antes de hacer deporte puede evitar una lesión articular y, por extensión, una lesión de menisco.
Creado: 22 de septiembre de 2014