Identifican un predictor de complicaciones en el embarazo

Un análisis de sangre para detectar los bajos niveles de una proteína presente en la sangre de las mujeres embarazadas puede ayudar a predecir ciertas complicaciones en el embarazo y en el desarrollo del feto.
Identifican un predictor de complicaciones en el embarazo
Medir los niveles de DLK1 en la sangre materna podría ayudar a predecir complicaciones asociadas a una disminución del suministro de nutrientes al feto.

Los bajos niveles de una proteína –la DLK1–, presente en la sangre de las mujeres embarazadas, pueden servir como un indicador fiable que predice complicaciones del embarazo o problemas en el desarrollo del feto, según han descubierto investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres. De esta forma, una prueba tan sencilla y poco invasiva como el análisis de sangre permitiría conocer el estado de salud fetal y anticiparse a futuros problemas que afectaran al desarrollo de la gestación o al parto.

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Los resultados de la nueva investigación, que se han publicado en Nature Genetics, revelan que la proteína DLK1 se genera en el embrión, lo que significa que los niveles que alcanza en la sangre de la madre podrían constituir un signo del estado biológico de dicho embrión, ya que actualmente no siempre se pueden determinar las causas del crecimiento intrauterino retardado, ni tampoco prevenirlo.

Medir los niveles de DLK1 en la sangre materna podría ayudar a predecir algunas complicaciones del embarazo, sobre todo las asociadas a una disminución del suministro de nutrientes al feto

Como ha explicado, Marika Charalambous, que ha dirigido el estudio, medir los niveles de DLK1 en la sangre materna podría ayudar a predecir algunas complicaciones, sobre todo las asociadas a una disminución del suministro de nutrientes al feto, que podrían tener como consecuencia un bajo peso al nacer, e intervenir precozmente para evitar estos problemas.

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Los autores del trabajo realizaron los test a 129 mujeres que se encontraban en la semana 36 de embarazo. Charalambous ha explicado que el motivo por el que eligieron esta etapa de la gestación es que aproximadamente la tercera parte del total de muertes fetales intrauterinas se producen en o tras la semana 37, y a las 36 semanas el resultado de la prueba ayudaría a identificar a las embarazadas que necesitan una monitorización más exhaustiva, para confirmar que el bebé crece correctamente en las últimas semanas.

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Actualizado: 11 de octubre de 2017

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