Buscan cómo regenerar la piel tras una herida sin dejar cicatrices

La transformación de una molécula de la piel en adipocitos podría ayudar a regenerar la piel tras una herida sin dejar cicatriz, así como iniciar una nueva era en el desarrollo de productos cosméticos antienvejecimiento.
Cicatriz en la mano
La regeneración de la piel pasaría por emplear el poder curativo y de regeneración de unas células grasas denominadas adipocitos.

Científicos de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos) trabajan en una tecnología que podría eliminar de forma permanente las cicatrices y arrugas de nuestra piel, según un estudio que acaban de publicar en la revista científica Science. Dicha técnica permitiría a la piel regenerarse sin dejar rastro, convirtiéndose en una herramienta rápida y eficaz para curar las heridas de la piel –eso sí, solo heridas nuevas, no serviría para eliminar cicatrices antiguas–, pero también podría suponer una auténtica revolución para la industria de la belleza y de la cosmética, entre otras.

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Según el estudio, la regeneración de la piel pasaría por emplear el poder curativo y de regeneración de unas células grasas denominadas adipocitos, que se encuentran de forma natural en la piel, y que son responsables de que ésta luzca brillante y sana. Es la pérdida de esos adipocitos la que genera la aparición de arrugas en las personas a medida que van envejeciendo, así como las cicatrices que quedan en el cuerpo a consecuencia de heridas. Por lo tanto, los científicos llegaron a la conclusión de que la regeneración de la piel pasaría por el control de los adipocitos.

La industria de la cosmética también podría verse beneficiada por el hallazgo del modo de regenerar la piel, lo que conllevaría el desarrollo de nuevos y más efectivos tratamientos antienvejecimiento

Según ha afirmado el profesor George Cotsarelis a The Telegraph, entraría en juego aquí el importante papel de una molécula especial llamada Bone Morphogenetic Protein (BMP), liberada por el folículo piloso, sobre la que los investigadores han conseguido influir para transformarla en adipocitos, procurando de esta forma la regeneración de la piel donde está la herida, en lugar de que se produzca la cicatrización de la misma.

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Una puerta a nuevos tratamientos antienvejecimiento

Los experimentos llevados a cabo hasta la fecha se han centrado de forma especial y con éxito en la cicatrización, con pruebas ya realizadas en ratones, así como en tejidos humanos cultivados en laboratorio. Con los resultados de las mismas se abre la puerta a un sinfín de aplicaciones distintas de esta técnica de generación de adipocitos, que podrían ser aprovechadas por la industria farmacéutica y de la salud. Así, por ejemplo, la pérdida de adipocitos puede dar lugar a complicaciones en pacientes aquejados de enfermedades como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

Otra de las grandes beneficiadas por los prometedores resultados de la investigación podría ser en un segundo estadio la industria de la cosmética ya que, como reconocen los investigadores, los hallazgos obtenidos tienen potencial para permitir avanzar “hacia una nueva estrategia para regenerar los adipocitos en la piel arrugada”, algo que conllevaría el desarrollo de nuevos y más efectivos tratamientos antienvejecimiento.

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Actualizado: 4 de mayo de 2023

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